Omar Santiago Ricárdez
El presidente de la Asociación de Juegos y Deportes Autóctono y Tradicionales del Estado de Oaxaca (AJDATEO), Fidel Salazar Rosales, informó que la delegación oaxaqueña concluyó con éxito su participación en los Juegos Mundiales Indígenas de Las Palmas, Brasil.
El directivo estatal, quien también asistió como ponente, señaló que luego de once días de ardua labor de fomento del deporte de la pelota mixteca en el “Cono Sur”, los oaxaqueños tuvieron una experiencia de primer nivel.
“La experiencia fue magnífica, nos sorprendió el arraigo que tienen diferentes juegos en culturas de todo el mundo y sobre todo de dar a conocer en la propia América un deporte tan milenario como la pelota mixteca”, manifestó Salazar Rosales.
Aún en viaje de regreso a esta ciudad capital, el directivo señaló que durante el lapso que duraron los Juegos Mundiales Indígenas, además de ofrecer exhibiciones del juego de pelota en la modalidad de hule, la delegación oaxaqueña también realizó actividades el tiro con lanza y el cabo de fuerza.
“Las delegaciones de la Ciudad de México y Oaxaca intervinieron en un juego practicado en Brasil, que le llaman cabo de fuerza, en el cual dos equipos se enfrentan jalando la punta de una cuerda y el que jala más sale triunfador”, explicó Salazar Rosales.
También subrayó que como embajadores zapotecas asistieron Alejandro, Irving y Éber Espinoza Reyes, Said Cruz, y Fidel Salazar Rosales, presidente de la AJDATEO.
Estos elementos regresan esta semana a la ciudad de Oaxaca de Juárez para compartir sus experiencias con jugadores locales y así seguir impulsando esta práctica en nuevas generaciones, con la intensión de mantener viva la tradición.
Finalmente Salazar Rosales expresó que tras esta aventura, ahora la meta es mantenerse vigentes y asistir el próximo año a los segundos Juegos Mundiales Indígenas, en Canadá.
Por último destacó la importancia que tuvo su intervención en Brasil, pues –dijo– la unidad de los pueblos indígenas reside en compartir sus experiencias y sus tradiciones, y demostrar que las fronteras únicamente son políticas.