Said Hernández
Por un conflicto que lleva más de 45 años en la comunidad “triqui” de San Juan Copala, perteneciente al Distrito de Juxtlahuaca, en la Región de la Mixteca, la cual ha costado la vida de al menos 30 personas. Y en donde las familias que no pertenecen a alguna agrupación, fueron desplazadas, provocando su arribo a la capital Oaxaqueña en busca de Justicia, sin embargo, como lo manifiestan algunos de sus líderes, solo han encontraron división y desatención por parte de las autoridades a causa del dinero otorgado por el Gobierno del Estado de Oaxaca.
Estas familias fueron encabezadas primeramente por Reyna Martínez, quién fue señalada por sus seguidores de haber traicionado el movimiento y haberse corrompido, recibiendo fuertes sumas de dinero en beneficio propio y no del grupo triqui, siendo así el origen de la fractura dirigida por Lorena Merino.
“Me encuentro satisfecha y tranquila por haber ayudado a la población, asimismo, a los jefes de familia de los desplazados se le entregaron 150 mil pesos de una gestión que se hizo con Gobierno del Estado, esto por la extrema necesidad económica en la que se encontraba nuestra gente ¡Estas consignas no tienen razón de ser!”, señaló Reyna Martínez durante una protesta en su contra en el Palacio de Gobierno en el año2013.
Ahí, Lorena Merino, su contrincante, aseguró:
“Reyna hizo un fraude de 2 Millones de Pesos, que le entregaron en beneficio de los compañeros. De los 150 mil pesos para cada jefe de familia, les quito un 20% y un 40% del dinero, por eso presentamos denuncia penal en su contra”.
Durante el tiempo de este movimiento el cual pretende la reubicación y retorno seguro a su comunidad, han crecido los “nuevos guerreros”, hijos de las mujeres triquis, quienes han teniendo como hogar los pasillos de la “Casa del Pueblo” (el Palacio de Gobierno), y el Zócalo capitalino.
Estos pequeños que oscilan entre los 3, 4 y 5 años de edad, soportan las inclemencias del tiempo al dormir entre cartones y tiendas de campaña al no contar con vivienda digna. Hoy han sido el objeto de las miradas y críticas de políticos y la sociedad oaxaqueña, por el hecho de sumarse a las protestas de sus familiares.
La inocencia de los niños triquis desplazados de Copala, se unen con sus vocecitas y descalzos a la protesta frente a los policías antimotines. Sin embargo, la alerta de organismo internacional para la atención inmediata de esta problemática ha sido ignorada.
Cabe mencionar que Oaxaca es un Estado con una gran riqueza natural, pero, desafortunadamente continúa entre los últimos lugares de marginación y pobreza.