Hetilberto Juárez
“Consiga usted el medicamento”… “llévelo a otro hospital”… “ni me mire así”… “mejor no estorbe y dele la cama a otro paciente”… “se pudrió el alimento, no comerán hoy”… “al rato lo veo”… “quéjese con quién quiera”… “espere unos segundos llega el doctor”, son las frases que día a día invaden los pasillos del Hospital Civil “Dr. Aurelio Valdivieso” en Oaxaca, nosocomio que no fue construido para la beneficencia, si no por el contrario, su edificación y funcionamiento se destinaron a la atención de la Salud de los Oaxaqueños.
Agregado a ello, el robo de medicamentos, de material quirúrgico, de maquinaria para brindar un mejor servicio y ser el Hospital Número 1 en la entidad oaxaqueña, con equipo y tecnología de primera, ha acabado con las malas prácticas de líderes y personal que ahí laboran, quienes cobran excelentes salarios solventados por el pueblo. Entonces, ¿para quién trabajan?
La arrogancia y la falta de humanismo han complementado las carencias del Hospital Civil, los malos tratos a los pacientes, que en su mayoría son utilizados por practicantes ante la ausencia de los médicos contratados en turno.
El llamado de familiares y pacientes hacía las autoridades, es dar solución a una de las problemáticas de mayor arraigo en el Estado de Oaxaca. Desafortunadamente, la Secretaría de Salud no cumple con su función en las 8 regiones.
A la llegada del gobernador Alejandro Ismael Murat Hinojosa, uno de sus compromisos fue el de atender directamente la grave crisis en el sector salud, pero a un año y medio de su administración, la realidad sigue siendo la misma, en tanto que han sido retirados sus secretarios de confianza, ventilando una gran estela de corrupción.