Agua, luz, pavimentación, seguridad, educación y servicios básicos, son las demandas que no se han cumplido en décadas
Hetilberto Juárez
En tiempos electorales y durante los recorridos de campañas, los candidatos al Senado, Diputaciones Federales y Locales, así como el cargo de Presidentes Municipales de las diferentes bancadas políticas coinciden en que las demandas primordiales de los ciudadanos en pleno 2018 son necesidades básicas. Servicios públicos reflejadas en el abandono y miseria de las comunidades de Oaxaca, de sus municipios, de sus agencias y colonias, demandas como la falta de drenaje, alumbrado, pavimentación, recolección de basura, sumándose a ello los servicios de salud, la falta de medicamentos, hospitales y clínicas, y otro de los puntos, la educación, en donde la entidad ocupa el último lugar.
Ante ello, los candidatos se preguntan y reclaman ¿En dónde se encuentra el presupuesto histórico aprobado para Oaxaca? ¿Qué pasó con las donaciones internacionales y nacionales para nuestros hermanos en el Istmo y la Sierra?, ¡La gente tiene hambre, no es justo!, coinciden.
Una constante en lo largo del Estado y sus ocho Regiones, es la inseguridad con la que la gente tiene que lidiar a diario; robos, ejecuciones, asaltos, allanamientos, delincuencia organizada, entre otros delitos, es parte de la grave omisión de las autoridades en todos los niveles.
Es por ello, que en campañas se critica a una administración municipal de puertas cerradas y con grandes adeudos, donde la proyección extranjera o los viajes de lujo del edil son prioridad ante la falta de desarrollo, carencia en obra pública que se puede palpar en las colonias y agencias de Oaxaca de Juárez, incluso en pleno Centro Histórico, considerado Patrimonio de la Humanidad de acuerdo a la UNESCO.
Mientras tanto, a nivel estatal, el Gobierno actual se dedica a organizar eventos deportivos nacionales en una ciudad que se encuentra sitiada por un sindicato magisterial, manifestaciones de organizaciones sociales, hundida en el ambulantaje que tanto lacera a los comerciantes formales, la falta de oportunidades laborales, cierre de negocios y una alarmante ola de inseguridad, donde se anunció que se espera una derrama de 308 millones de pesos en eventos previos y durante la Guelaguetza, la “fiesta máxima de los oaxaqueños” que se dará en medio de un caos y abandono de la ciudad capital.
Cabe señalar que los datos al respecto de la situación actual de Oaxaca, es por parte de los candidatos que participan por primera vez en una contienda electoral, exhibiendo a los que llaman “chapulines y políticos enquistados en el poder”, que quieren repetir un cargo de elección popular.