La justicia en Oaxaca en época de pandemia, paralizada
David Ortiz
En medio de una grave crisis de salud y económica generada por el Covid-19 y la mala administración de los recursos públicos por varios sexenios, la procuración de justicia en Oaxaca es un desastre, y es que en los últimos años, la entidad mantiene un mínimo porcentaje en el esclarecimiento de delitos, casi nula.
En ese sentido, los pocos “aciertos” de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Oaxaca (FGJEO), han sido un fiasco al desecharse las investigaciones de culpabilidad en los juzgados, dejando libres a los procesados por falta de pruebas o anomalías en expedientes.
Desapariciones, masacres, secuestros, asesinatos de prestadores del servicio del transporte público, atentados contra líderes transportistas, funcionarios públicos que cometen abuso de autoridad, líderes políticos involucrados en homicidio y tentativa de feminicidio, robo con violencia, feminicidios y múltiples ejecuciones, son solo algunos de los delitos que imperan en las ocho regiones del Estado, casos que se traducen en carpetas de investigación jamás resueltas, donde el o los responsables no se encuentran y menos reciben su castigo conforme a la ley.
La falta de seriedad, cerrazón y frustración ante los nulos resultados de la FGJEO se refleja en sus representantes, donde los peritos, ministerios públicos, forenses y elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) buscan esconder la realidad al solicitar a los policías “correr” a los reporteros de los escenarios del crimen, como una acción desesperada de ocultar la violencia e inseguridad que se vive en Oaxaca.
Otro grave obstáculo en el tema de procuración de justicia para las víctimas oaxaqueñas, es el obsoleto marco legal que desde años guarda vacíos, inconsistencias que los legisladores de todas las bancadas políticas pasan desapercibidas, aunque sean urgentes y de bien común, son temas que prefieren omitirlo, por lo que la impunidad, corrupción, ambición y abuso de autoridad tienen cabida primordial ante la tan anhelada: “JUSTICIA”.
Durante la pandemia mundial del coronavirus, Oaxaca ha demostrado la escases en que operan los centros médicos en las comunidades, hospitales públicos y clínicas de salud dependientes de los Servicios de Salud (SSO), lugares donde el personal médico ha denunciado la falta de insumos, herramientas, aparatos e infraestructura para brindar el servicio de calidad, siendo un derecho primordial y universal, el de la salud, a pesar de contar con presupuestos millonarios para este fin. Por el contrario, la omisión de estos funcionarios ha dado pie a que prestadores de la salud pongan en riesgo sus vidas, ante la vulnerabilidad al contagio, el secuestro y la agresión por minorías enardecidas y hartas por la falta de seguridad social y sanitaria.
Muestras tanto, la inseguridad en la entidad se mantiene en altos índices haciendo que los operativos y constantes reuniones de gabinete para garantizar la “tranquilidad” de los oaxaqueños, no muestran resultados eficientes.