Julisa Sánchez.
Al inicio de la cuarentena por la pandemia COVID-19, hace casi 140 días, el costo por litro de gasolina bajó considerablemente de casi 20 pesos a 15 pesos y centavos, se mantuvo así los primeros meses debido a la baja demanda de los automovilistas que estaban en confinamiento, sin embargo, de centavo en centavo los empresarios gasolineros aumentaron cada semana el precio del combustible, tanto la Premium como la Regular ya alcanzan casi los 20 pesos, siendo un duro golpe a la economía de los usuarios oaxaqueños.
Debido al coronavirus la crisis económica actual ha empeorado por la falta de ventas y circulante económico debido al encierro de los consumidores, lo que actualmente y aun con un alto riesgo de contagios los empresarios y vendedores ambulantes, así como empleados de diversos giros han tenido que retomar actividades laborales, reactivando el transporte público al cien por ciento y el traslado particular, lo que significó que la demanda del combustible se incrementara nuevamente, situación que elevó el costo del mismo.
Si bien el precio máximo de la gasolina no tiene un tope regulado ni un vigilante que evite el abuso a los usuarios del combustible, sin que la Comisión Reguladora de Energía (CRE), ni la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) Delegación Oaxaca, intervengan desde su competencia.