Miradas de reportero
Por Rogelio Hernández López
Se cumplen 50 años de la represión a estudiantes el 10 de junio de 1971 y el inicio de la “guerra sucia”. Esta vez el gobierno federal se une y despliega actividades.
La Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación formó un grupo de investigadores académicos y periodistas que iniciaron desde 2020 una investigación con testimonios, en documentos históricos y expedientes judiciales para ubicar responsabilidades de la represión gubernamental a los movimientos estudiantiles.
Después del Halconazo se orilló a que muchos jóvenes decidieran lanzarse a la lucha guerrillera por falta de espacios democráticos y que se desatara un periodo llamado “La guerra sucia” con persecución y ajusticiamiento a cientos de guerrilleros y otros izquierdistas. Aquellos sucesos podrían tipificarse como crimen de Estado.
El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), que depende de la Secretaría de Cultura programó, del día 2 al 30 de junio cinco actividades: un congreso internacional, un conversatorio, una mesa de testimonios, un foro y un seminario interinstitucional. (Ver https://inehrm.gob.mx/)
También, desde el mismo jueves 2 de junio se iniciaron coloquios organizados por el gobierno de la Ciudad de México, otro de profesores de distintas facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México. (UNAM).
El Congreso Internacional, “A medio siglo de El Halconazo”, fue convocado también por 8 universidades públicas: la Pedagógica Nacional, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Escuela Nacional de Antropología e Historia, el INEHRM, las autónomas de Puebla, Baja California, Chihuahua, Querétaro, Hidalgo y la FES Aragón de la UNAM.
Por primera ocasión se prepara una marcha a la casa del expresidente Luis Echeverría Álvarez. Desde fines de mayo comenzó a circular un afiche –que recuerda los gráficos estudiantiles de 1968– donde se convoca a reunión a las 11 horas del 7 de junio en la Plaza Lídice (Magnolia y Corregidora) de San Jerónimo con el propósito de llegar a Magnolia 13. El cartel dice: ¡Todos a la casa del genocida! ¡Ni perdón ni olvido!
Y, como cada año, al iniciar el mes de junio ya se habían realizado reuniones de diversos grupos sociales y estudiantiles, como el Comité del 68, para aprobar carteles y la organización de la marcha anual. Ya circulan los gráficos donde se convoca a reunión a las 16:00 horas en las inmediaciones del metro normal para marchar de ahí al Zócalo. La demanda central en los gráficos es: ¡Juicio y Castigo al Genocida!
Enrique Condés documentó crímenes de Estado:
El seminario interinstitucional que organiza para el 30 de junio El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), se denomina: Violencia del Estado en México: un recuento. Como expositores principales se programó la participación de Edna Ovalle, Juan Sebastián Granada y Enrique Condés Lara.
Condés Lara, como historiador, es quien más ha investigado sobre violencia del Estado mexicano contra disidentes. Sus elaboraciones tienen como base documentos oficiales, la mayoría encontrados en el Archivo General de la Nación y múltiples conversaciones con protagonistas.
El historiador ha publicado tres tomos de su obra principal llamada Represión y rebelión en México (1959-1985. Edit. Porrúa). La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) ha publicado otras de sus investigaciones con el mismo hilo conductor: Atropellado amanecer. El comunismo en tiempo de la Revolución mexicana; Los últimos años del Partido Comunista Mexicano: El 10 de junio ¡no se olvida!; Los Papeles Secretos del 10 de junio y “Asalto al cielo. Lo que no se ha dicho del 68”.
Este último libro, que produjo Condés Lara con el apoyo del periodista Jorge Meléndez Preciado, comenzó a circular en 2018 a propósito de los 50 años del movimiento estudiantil pero inexplicablemente fue “embodegado”, por instrucciones del actual rector Alfonso Esparza Ortiz, informan los autores.
El Halconazo
De los trabajos publicado de Condés Lara puede reconstruirse fácilmente la mayoría de sucesos en torno del 10 de junio de 1971. A esa violencia contra estudiantes se le sigue llamando, 50 años después: El Halconazo. Lo que sigue son fragmentos de aquellos hechos, para quienes conozcan poco o nada:
Después de la masacre de Tlatelolco en 1968 fueron detenidos muchos de los integrantes del Consejo Nacional de Huelga (CNH) y otros. Después estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad de Chapingo y de Universidad Iberoamericana crearon la Comisión de Coordinadores de Comités de Lucha (COCO).
En 1969 estudiantes y profesores de la Universidad de Nuevo León lograron que se reconociera su autonomía y en 1970 pudieron establecer un gobierno paritario. En respuesta el gobierno del estado redujo el presupuesto a la Universidad. Eso provocó una huelga.
El 5 de junio de 1971, estudiantes y maestros de la UNAM e IPN convocaron a una manifestación de apoyo a sus colegas de Nuevo León para el 10 de junio. Sería la primera desde el 2 de octubre de 1968.
Entre las demandas que se hicieron públicas para esa concentración, además del apoyo a la huelga de la UANL, destacaban: democratización de la enseñanza; elevar el presupuesto a la educación equiparable al 12% del PIB; representación paritaria de maestros y alumnos en los consejos técnicos de la UNAM; derogación del reglamento general del IPN; disolución de los porros en la UNAM y libertad para todos los presos políticos.
El día de la marcha (el 10 de junio) cuando los estudiantes salían de la calle Instituto Técnico Industrial y llegaban a San Cosme (calzada México-Tacuba) y ante la vista de decenas de granaderos, fueron atacados con salvajismo extremo por jóvenes armados con varas de bambú y otate. Entre los agresores se escuchaban gritos de ¡halcones! y “¡viva el Che Guevara!”, algunos de ellos se apostaron en azoteas para disparar pistolas calibre 45 y carabinas 30 M-2. Decenas de agredidos que trataron de escapar fueron llevados a patrullas y camiones.
Las golpizas alcanzaron a fotógrafos y reporteros. La persecución continuó en los hospitales de la Cruz Verde y Rubén Leñero a donde habían trasladado a algunos de los heridos. Intimidando a doctores y enfermeras, hombres armados ingresaron a salas de urgencias para rematar a jóvenes heridos.
Después de eso, cientos de jóvenes de varios estados de la república decidieron que no había más posibilidades de participación que la lucha armada; proliferaron células y grupos de este tipo, la mayoría con jóvenes inexpertos. La respuesta del gobierno del Luis Echeverría (según testimonios y documentos obtenidos por Condés Lara), fue aplicar una “estrategia de aniquilamiento o exterminación del enemigo”, así fue la llamada guerra sucia.
Han pasado seis sexenios priistas y dos panistas y aun no se han juzgado a los responsables intelectuales y materiales del halconazo y su secuela de muertes. Luis Echeverría Álvarez (LEA), fue exonerado por la suprema corte en 2005 por los sucesos del 10 de junio del 71 y en 2009 por la matanza del 2 de octubre de 1968. Quedaron pendientes de investigación penal las 700 desapariciones forzadas de la “Guerra Sucia”, especialmente de ciudadanos que hacían resistencia armada y otros de filia de izquierda, casi todos durante el sexenio de LEA. ¿Qué sigue?