¡ALTO A LA IMPUNIDAD!

Las violación sistemática de Derechos Humanos contra el pueblo de México incluyen falta de acceso a la educación y la cultura, al desarrollo intelectual y cultural y por tanto, sometimiento por desconocimiento de sus derechos y mecanismos efectivos para defenderlos.

La violación de Derechos Humanos se da también en el entorno de la colonización, independientemente de que en ese momento se reconozcan o no como tales. La civilización, el desarrollo del Derecho, las normativas para una equilibrada convivencia ya se habían desarrollado.

Por eso es muy importante tener una amplia perspectiva para saber identificar a quienes pretenden blanquear el pasado colonialista y genocida de los imperios y justifican la actual dominación en el mundo, de gobiernos y consorcios mercantiles explotadores de la raza humana.

No, la conquista no fue ni será un mal necesario y los movimientos de independencia en América Latina no constituyeron la liberación de los pueblos de la esclavitud y el vasallaje. Fue solamente una recomposición, un reacomodo de las fuerzas que nos siguen explotando.

No, no tenían los pueblos originarios necesidad del azúcar para seguir disfrutando del chocolate. No se trata de que nos vengan a edulcorar con frases bonitas lo que para millones de indígenas fue el suplicio, la desaparición, la muerte de millones de hombres, mujeres y niños.

500 años después sigue prevaleciendo el odio y desprecio hacia los “indios” de México y de América, por eso las cárceles están llenas de ellas y ellos, de los pobres del campo y la ciudad. Más que leyes de amnistía que luego el estado no cumple necesitamos justicia.

Cuando el pueblo perdió la Revolución, cuando fueron asesinados sus líderes como Emiliano Zapata, Ricardo Flores Magón, Francisco Villa; los generales asesinos se hicieron con el poder, luego fundaron un partido que se transformó hasta ser el Partido Revolucionario Institucional, PRI.

Todo México era gobernado por el PRI, el nuevo partido de estado. La nueva forma de la dictadura siguió reprimiendo a los movimientos indígenas y campesinos, a los ferrocarrileros, a los maestros, a los estudiantes, a los obreros; es decir, a los pobres del campo y la ciudad.

Asesinado Rubén Jaramillo y su familia, perseguidos, torturados, encarcelados y asesinados los estudiantes en 1968 y en 1971; perseguidos y asesinados a quienes se les acusaba de ser guerrilleros en las décadas de los 70, 80, 90 y hasta la tercera década del siglo XXI.

Ha prevalecido una cultura de la explotación, del saqueo del territorio ocupado con cuerpos policíacos, militares y paramilitares al servicio del poder político y económico donde, quienes arriban al poder tienen Patente de Corso y creen que gozaran de impunidad por los siglos de los siglos.

Los nuevos gobernantes solamente se acomodan a las circunstancias, no les importa que en la tarde, con sus hechos, contradigan lo que dijeron en La Mañanera o en campaña: se dijo que no se militarizaría al país y se militariza, se dijo que la Guardia Nacional no sería militar.

$50 000 000 000.00 M. N. (cincuenta mil millones de pesos) adicionales se destinaran a la Guardia Nacional, adicionales, para hacerlo un cuerpo de seguridad pública incorruptible. Sin embargo, como prueba cada día el pueblo mexicano y centroamericano, el Ejército es corrupto.

Lo mismo se dijo del Poder Judicial y sus jueces son corruptos. Y los magistrados de la Suprema Corte de la Nación obedecen al poder o al narcopoder en turno, y hacen malabares para evitar que los represores de hoy y del pasado sean juzgados. Aún así, luchamos porque:

¡Ni perdón ni olvido, justicia!

Desde un rincón del exilio,

Juan Sosa Maldonado

Defensor de Derechos Humanos

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