SALIR DEL INFIERNO

Los pobres en México no queremos ganar el cielo, lo que queremos es salir del infierno, un infierno que hemos conocido y sufrido toda la vida millones de personas por ser pobres, por ser indígenas durante siglos desde la invasión y colonización de nuestros territorios.

Cuando la 4T del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cubre todo el espectro político nacional y nos bombardea día tras día con el mitote de que son el cambio verdadero, millones de mexicanas y mexicanos viven en la pobreza y pobreza extrema, sin agua ni pan.

Mientras la miseria cruza transversalmente la vida de hombres y mujeres del campo y de los cinturones de miseria en las ciudades, unos cuantos ricos siguen saqueando al país y haciéndose inmensamente ricos a pesar de la pandemia y los más gracias a ella, a nuestra costa.

Después de más de tres años en que presumen que han derrotado al neoliberalismo el modelo capitalista sigue siendo el gran depredador de la especie humana en nuestros territorios, especialmente en Oaxaca a pesar del discurso triunfalista de Alejandro Murat Hinojosa.

Desde la época de la conquista, a sangre y fuego por los españoles, hemos vivido un permanente etnocidio pues han sido los pueblos originarios los que han sucumbido a las prácticas de guerra y esclavistas de quienes se siguen ufanando de ser superiores a los pueblos originarios.

No nos ciega ni odio ni ignorancia: los beneficios de la conquista de América no trajo desarrollo de manera igualitaria para el pueblo español, fueron los antiguos pueblos conquistados por Roma quienes siguieron rindiendo tributo y aportando soldados para conquistas y guerras.

La llamada Independencia de México, la que se dice que fue la Primera Transformación, 1T, no significó ni la abolición de la esclavitud por la vía de los hechos ni la independencia económica para indígenas y campesinos que fueron usados como carne de cañón en la guerra.

Después de perder más de la mitad de nuestro territorio mediante robo descarado de los Estados Unidos las convulsionadas aguas de la ambición extranjera y el dominio clerical originaron lo que la 4T llama, Segunda Transformación, 2T, con las Leyes de Reforma de Benito Juárez García.

Cien años después de la independencia, los generales del viejo ejército represor seguían asesinando indígenas bajo la consigna de: “Mátalos en caliente” del viejo dictador, el general Porfirio Díaz. La Revolución Mexicana o Tercera Transformación, 3T, tampoco logró la liberación.

Los generales se quedaron en el poder e iniciaron todo tipo de purgas post revolucionarias contra un pueblo que había sido derrotado y seguía quedando indefenso. Frente al escenario mundial y para evitar nuevos brotes revolucionarios se procedió al discurso y simulación.

Hace poco más de 100 años de la derrota del pueblo levantado en armas para exigir el respeto a sus derechos más elementales y, el viejo discurso y la simulación siguen siendo el pan de cada día con la 4T, aunque millones de personas no tienen lo elemental para una vida digna.

La migración es uno de los últimos recursos en un país y un continente que enfrenta la guerra y la devastación permanente, la migración a costa de abandonar territorios y familia muchas veces para siempre, miles de veces a costa de la vida, por eso las personas migrantes:

¡Vivas y dignas nos queremos!

Desde un rincón del exilio,

Juan Sosa Maldonado

Defensor de Derechos Humanos

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