Julisa Sánchez
La entidad oaxaqueña atraviesa por una complicada situación en el sector salud, de seguridad, justicia, educación y economía, y es que, desde el inicio de gobierno de Alejandro Ismael Murat Hinojosa, hijo del ex gobernador José Nelson Murat Casab, se pronosticó un complejo sexenio para los oaxaqueños ante los antecedentes de la dinastía Murat.
La actual administración estatal del maestro Alejandro Murat comenzó torcido, rindiendo protesta en un foro de televisión ante las movilizaciones de la Sección 22 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), quienes en ese entonces mantenían una complicada ruta en “defensa” de la educación, que dejó muerte y sangre en Nochixtlán, por lo que el protocolo solemne se realizó en un set de grabación de la CORTV la madrugada del 1 de diciembre del 2016. El acto político marcó la continuación de la ingobernabilidad en Oaxaca.
A cinco años de gobierno, además de las deudas millonarias y las investigaciones paralizadas de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), la crisis económica y de salud, así como, de seguridad y justicia se mantienen en foco rojo en las 8 Regiones de Oaxaca, mientras que los actores de la desgracia ya se preparan para la huida, buscando refugio en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Otros personajes que se han beneficiado a costa de los desposeídos, caminan con cinismo en las calles de la entidad, en autos de lujo y cometiendo faltas administrativas.
Pero no toda la responsabilidad recae en Alejandro Murat, en los 570 municipios de Oaxaca, existen personajes que a través del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) llegaron a ocupar los cargos de ediles, otros continúan, para buscar el beneficio personal y no el de la comunidad a la que fueron electos, por mencionar algunos: Oaxaca de Juárez, Santo Domingo Tehuantepec, Santa Lucía del Camino, San Juan Bautista Tuxtepec, San Pedro Pochutla, Asunción Nochixtlán, Huajuapan de León, Santa Cruz Xoxocotlán y Tlacolula de Matamoros.
Pero el que más destacó en su participación del mal gobierno, fue Oswaldo García Jarquín, en sus tres años de Presidente Municipal de Oaxaca de Juárez, colapsó a la capital que venía arrastrando serías problemáticas heredadas por José Antonio Hernández Fraguas, Javier Villacaña Jiménez y Luis Ugartechea Begué.
A Oaxaca le duele todo y la medicina se mantiene oculta en la corrupción y la impunidad, entretenida con los bloqueos y conflictos diarios, donde los ciudadanos viven al día y con la preocupación y necesidad del sustento para sus familias, arriesgándose a la inseguridad, desempleo y la falta de oportunidades, así como la ausencia de políticas públicas en beneficio de los gobernados.
Sumando a esta crisis, la indiferencia de miles de oaxaqueños.