Said Hernández
La capital oaxaqueña se ha convertido en un escenario propicio para la actividad delincuencial, robo a mano armada en comercios y al peatón, ejecuciones, feminicidios, piratería, delitos contra la salud, extorsión y secuestro, son los principales delitos que aquejan día a día a los habitantes del municipio de Oaxaca de Juárez.
Los ilícitos cometidos a cualquier hora del día y en cualquier lugar suman a la estadística ciudadana y no a la oficial, ya que muchos de ellos no son denunciados, por una parte la terrible burocracia y por la otra la falta de credibilidad hacia la Fiscalía General de Justicia del Estado de Oaxaca (FGJEO), órgano procurador de justicia que en la mayoría de sus carpetas de investigación no cuentan con avances, abriendo una brecha al influyentísimo y a la impunidad.
Las nuevas autoridades en Oaxaca de Juárez, encabezadas por el Contador Francisco Martínez Neri, lejos de actuar con firmeza contra la delincuencia desde el día 1 de su mandato, prefirió realizar una llamada telefónica con Arturo Peimbert Calvo, Fiscal de Oaxaca, con bajos resultados, es decir, bastó usar un celular para solicitar cumplir el estado de derecho y dejar la formalidad de las mesas de trabajo con seriedad, para logar los objetivos de seguridad y justicia demandados por los capitalinos.
“El presidente municipal habló con el Fiscal General de Justicia del Estado, Arturo Peimbert Calvo, a efecto de solicitar que se atienda y resuelva el caso del asesinato cometido en contra de una persona de sexo femenino, sucedido en Santa Rosa Panzacola”, informó la vocería de Oaxaca de Juárez.
Policías en crisis
Mal alimentados, sin entrenamiento, con bajos salarios, con uniformes viejos, armas oxidadas y balas contadas, además de patrullas y motocicletas en muy mal estado, al igual que los dormitorios, los policías de Oaxaca de Juárez hacen frente a una delincuencia que les ha tomado la medida. Estas situaciones han sido denunciadas de manera permanente en los últimos 10 años y que poco se ha atendido por parte de los servidores públicos que van y viene en distintas administraciones, por mencionar a Luis Ugartechea Begué, donde uno de sus secretarios protagonizó un gran escandalo al interior del cuartel municipal, Javier Villacaña Jiménez y José Antonio Hernández Fraguas, administraciones exhibidas por tener aviadores en la nómina de los policías, y de Oswaldo García Jarquín, quien no apoyó a la atención del Covid-19, mortal virus que arrebató la vida de más de diez policías, informe que no se hizo público.
En ese sentido, los elementos municipales continúan en espera para que todas sus carencias sean atendidas, empezando con el refuerzo de las medidas sanitarias contra el Covid-19, independientemente de un nuevo cuartel municipal que de honor a la seguridad municipal.
Ciudadanos decepcionados
Mientras tanto, a una semana de iniciar la nueva administración de Martínez Neri, reaparecen los mismos funcionarios de su antecesor García Jarquín, elemento de la cuarta transformación del que se exige auditoria y procesos penales por dejar una ciudad devastada y endeudada. Uno de los funcionarios que fracasaron en su gestión es Jorge Castro, ex Síndico y actual Síndico Municipal, nombramientos que han decepcionado en el arranque de Martínez Neri.
Las otras crisis
Se suman a esta crisis de seguridad, la económica, educativa y de salud. Oaxaca de Juárez sigue condenada a la ingobernabilidad, en una ciudad que se ha ganado el distintivo de ser “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, título que está en riesgo de perderse por la mala administración de sus gobernantes.