Said Hernández
La Costa oaxaqueña fue seriamente afectada por el fenómeno natural “Agatha”, huracán que tocó tierra el pasado 30 de mayo con categoría 3, con vientos de 140 a 170 Kilómetros por hora, lluvias torrenciales y un oleaje de 8 a 10 metros que ingresaron a las principales bahías, devastando todo a su paso.
A cuatro días de emergencia, la ayuda oficial es deficiente, ya que no se cuenta con recursos federales y estatales para hacer frente a la tragedia que dejó un saldo de más de 10 muertos y más de 30 personas reportadas como desaparecidas, así como la flora y fauna con perdida incalculable hasta el momento.
Las comunidades afectadas por deslaves e inundaciones son Xanaguía, San Mateo Piñas, Tlacolulita, San Miguel del Puerto, Pochutla, Zicatela, Puerto Escondido, Puerto Ángel, Mazunte, Pluma Hidalgo, San Mateo Piñas, San Marcial Ozolotepec, San Francisco Ozolotepec y Candelaria Loxicha, también Santa María Tonameca, Xanica, Bajos de Coyula y otras comunidades en Huatulco, además de otros poblados que hasta el momento no se encuentran en la estadística por estar incomunicados.
El Huracán “Agatha” ha puesto en el reflector internacional la realidad de las comunidades de Oaxaca, caminos de tierra, puentes viejos, falta de obra, servicios, hospitales, viviendas de lámina y cartón, desnutrición, etcétera, dejando a la luz la miseria en la que viven miles de oaxaqueños a finales del sexenio de Alejandro Ismael Murat Hinojosa y su llamado “Modelo Oaxaca”.
Los urgentes llamados de solidaridad por los propios afectados hacen eco en las 8 Regiones de Oaxaca, a la respuesta de ciudadanos que comienzan a recolectar todo tipo de ayuda, principalmente víveres, ropa en buen estado y cualquier electrodoméstico que les permita a estas familias que han perdido todo su patrimonio, levantarse y volver a iniciar de cero.
Otra denuncia de los afectados es la omisión de las autoridades locales, quienes no han sabido o querido poner a su disponibilidad los recursos necesarios para ayudar a remover escombros, limpiar caminos y apoyar económicamente, así como en especie a los damnificados que llevan ya cuatro días durmiendo en la intemperie, sin luz, ni señal de telecomunicaciones.
Cabe señalar que Oaxaca, tiene los presupuestos más altos del País destinados al desarrollo, sin embargo, la realidad es otra.