Metztli Beltrán.
Conocida también como la Máxima Casa de Estudios, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), con una gran oferta educativa para los aspirantes profesionales y bajo el lema “Ciencia, Arte y Libertad”, continúa alterando dicha filosofía por una educación en festejos y conflictos.
Recientemente y como en años anteriores, la UABJO ha sido referente de pleitos y riñas internas durante sus jornadas electorales o “dedazos” para designar a sus directores de Facultad, rectores y otras posiciones políticas, y con el pasar de los años se ha reducido la capacidad de negociación y contención de apremios.
Hace tres meses, en medio de la polémica, el nuevo Rector Cristian Eder Carreño López, fue ratificado por el Consejo Universitario como la máxima figura de la institución autónoma, mismo que hasta el momento solo aparece en sus redes sociales con una puntual participación en eventos deportivos y celebraciones, sin embargo, poco ha hecho por abonar en la calidad de la educación media y superior, así como la solución efectiva a hechos violentos registrados en las instalaciones de la UABJO.
A pesar de que en reiteradas ocasiones han declarado a la Universidad en crisis severa, el presupuesto para este año es de más de mil 198 millones de pesos, aplicación que hasta el momento Carreño López no ha informado, tampoco la existencia y ejecución de un plan general de trabajo enfocado al rescate y mejoramiento en la preparación profesional, mucho menos se han publicado convocatorias para que los estudiantes se beneficien en las alianzas con centros educativos nacionales e internacionales.
La histórica universidad oaxaqueña también ha sido cuna de grandes personajes, estudiantes con altos coeficientes y desempeños que han sido egresados con honor, gracias también al empeño y dedicación de los buenos profesores, académicos y universitarios que han mostrado su preocupación por la falta de visión y ruta de rescate desde Rectoría.
En entrevista para Tucán, el doctorante y ex Rector Eduardo Martínez Helmes, señaló que una posible solución efectiva a la saturación de la matrícula estudiantil, era la creación de una nueva Universidad pública, que diera respuesta a todas las aspiraciones juveniles emanadas de las 8 Regiones del Estado de Oaxaca.
Lo que si se ha hecho de conocimiento universal son los fatídicos resultados que han dejado la realización de calendas universitarias bajo el pretexto de las graduaciones, donde los presentes consumen bebidas alcohólicas de forma desmedida protagonizando espectáculos públicos que dañan aún más la moral universitaria, sumándose los escándalos de corrupción y enriquecimiento ilícito que vinculan a exrectores y sindicatos.
Por otra parte, la crisis universitaria que vincula al gobierno del Estado, quien poco empeño ha puesto para hacer de la Máxima Casa de Estudios la mejor Universidad pública de México, ha preferido donar inmuebles a instituciones de reconocimiento federal, como es el caso de la entrega del Edificio que albergaba al Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca a la Universidad Autónoma de México (UNAM), dejando un gran vacío en proyectos educativos para los oaxaqueños de nivel medio y superior en las 8 Regiones.
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