David Ortiz
La violencia en la entidad oaxaqueña no para, en las últimas horas se han registrado al menos 8 asesinatos, siendo los escenarios del crimen: San Martín Mexicapam, Santa Lucía del Camino, Miahuatlán de Porfirio Díaz y Juchitán de Zaragoza. Los ilícitos se realizan a cualquier hora del día y han mantenido la alerta roja en los sectores de la política y el empresarial, principalmente.
Además, Oaxaca registra otros delitos al alza como son el despojo, robo, secuestro y extorsión, sin que hasta el momento las tácticas de la Secretaría de Seguridad Púbica, a cargo de Dalia Baños Noyola tenga éxito, mucho menos se ha logrado una coordinación de estrategia y seguridad con los tres órganos de gobierno.
Así mismo, la aplicación de la justicia a cargo de Arturo Peimbert Calvo en las violaciones al código legal, sigue en bajos resultados, iniciando miles de carpetas de investigación, pero sin llegar a una conclusión que ponga en ejecución las leyes y se les dé un castigo a los culpables, devolviendo así la certeza y el orden social en el Estado.
Tampoco han ayudado los legisladores en sus diferentes niveles, ni senadores de la República oaxaqueños, representantes del pueblo que cuentan con todos los medios, facultades y conocimientos para revisar los vacíos de ley que la han hecho obsoleta y en consecuencia, reformar las leyes que garanticen castigos ejemplares para quienes no respetan el derecho de terceros y la vida, en lugar de poner especial empeño en legitimarse como figuras públicas y vivir del erario.
Al respecto, a un mes de integrarse el nuevo gobierno en Oaxaca a cargo del Ingeniero Salomón Jara Cruz, emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y en coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), no se ha anunciado quien será el nuevo guardián de la justicia y la seguridad, tampoco el total del gabinete ni un plan de rescate y desarrollo para la Verde Antequera y sus Regiones.