Como resultado del continuo diálogo sostenido entre personal de la Secretaría General de Gobierno (SEGEGO) y habitantes de San Miguel Tecomatlán, distrito de Nochixtlán, el camino que comunica a San Francisco Jaltepetongo fue abierto al libre tránsito de maestros, alumnos y servicios médicos.
Y es que desde inicio del 2012, el titular de la SEGEGO, Jesús Martínez Álvarez, entabló una serie de reuniones con las comunidades, con la finalidad de atender de manera institucional los conflictos agrarios suscitados históricamente entre las mismas.
Disputa que llevó a los habitantes de San Miguel Tecomatlán a establecer un cerco a través de una zanja a lo ancho del camino que comunica a ambas localidades, evitando con ello que los ciudadanos de Jaltepetongo pudieran transitar, afectando incluso a maestros, alumnos, servicios médicos, seguridad pública, comerciantes y ciudadanos en general.
Luego de 15 meses que duró bloqueado dicho caminó, fue reabierto este fin de semana por parte de las autoridades comunales y municipales de San Miguel Tecomatlán, en cumplimiento al acuerdo signado el pasado sábado 19 de enero con la Secretaría General de Gobierno, el cual mismo avalaron en Asamblea General de ciudadanos y autoridades locales.
El encargado de la política interna en la entidad, Jesús Martínez Álvarez, destacó el compromiso asumido por todas las partes, para que de esta manera se logren –paulatinamente- dirimir las diferencias existentes entre ambas comunidades, de manera lenta pero cuidadosa.
Este primer paso se trata de un acto de buena voluntad por parte de los habitantes de San Miguel Tecomatlán, a efecto de seguir abonando a una paz y seguridad duradera en esta región del estado, por lo que el Gobierno del Estado, presidido por Gabino Cué Monteagudo, a través de la Secretaría General de Gobierno, han ofrecido una atención permanente en la solución definitiva del conflicto, señaló.
Para finalizar, Martínez Álvarez anunció que se hará todo lo necesario para seguir avanzando, pero dejando en claro que la voluntad de lograr una convivencia armónica depende también las instancias federales y municipales, por tratarse de materia agraria que impactan directamente en la vida diaria de los lugareños, quienes deben apostar a la vía jurídica para lograr la certeza en su patrimonio.