Julisa Sánchez
Oaxaca, entidad federativa en último lugar en desarrollo y con una grave crisis económica, que se extiende al sector de la salud, seguridad, educación y justicia, presenta otro sector con severas dificultades, el deporte.
Y es que, a decir de los expertos en infraestructura, la entidad presenta un retraso de más de 40 años; Canchas de tierra que se protegen con láminas oxidas y alambres, si aún cuentan con suerte, otras como las de basquetbol y voleibol, simplemente no cuentan con los aros o lo postes para el desarrollo de la disciplina, mucho menos con redes o pintura, ni el piso con la superficie adecuada para no lastimar las articulaciones, siendo los escenarios principales de cada fin de semana para el deporte en Oaxaca.
Los abandonados campos son el reflejo de la falta de iniciativa desde los sectores responsables, como son las Comisiones en la Cámara de Diputados, El Instituto de Cultura Física y Deporte (INCUDE) a cargo de Monserrat Heinze, de las Secretarias de Administración y de Infraestructura, principalmente, quienes no han podido establecer una ruta para el rescate de las unidades deportivas en los 570 municipios de Oaxaca.
Tan sólo basta darle una mirada al bosque y parque deportivo “El Tequio”, una gran extensión de terreno que alberga múltiples disciplinas deportivas, escenarios que en su momento fueron utilizados para competencias nacionales, hoy, se encuentran en total abandono, con una alberca olímpica, campos de futbol, pista de patinaje y una pista de tartán, que son el reflejo de la administración deportiva.
Asimismo, en otras sedes para la actividad deportiva como las canchas de tenis, basquetbol, futbol 7 y baby fut en la riberas del río Atoyac, los campos de Tlalixtac de Cabrera, San Martín Mexicapan, las de los Fraccionamientos El Retiro, El Rosario, Infonavit Primero de Mayo, Agencias de Dolores, 5 Señores, así como Oaxaca de Juárez, entre otras unidades deportivas que relacionan a instituciones educativas como la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), el Centro Regional de Educación Normal de Oaxaca (CRENO), por mencionar algunas, corren la misma suerte, la desidia oficial.
Mientras que, en las otras regiones, los templos del deporte siguen la misma suerte o incluso peor, ni siquiera cuentan con estos espacios de esparcimiento para la mejora de la salud mental y física, sobre todo en tiempos de pandemia donde la salud debe ser un hábito primordial, además de alejar de los vicios y ociosidad a través de la disciplina deportiva.
En ese sentido, las unidades deportivas rehabilitadas han sido concesionadas a través de convenios de colaboración a instituciones privadas, las cuales ocupan horarios exclusivos para los entrenamientos de los que pueden pagar una inscripción que les incluye un uniforme, gastos que no se su destino, dejando a su suerte a los que no tienen la oportunidad de solventar esos costos.
La mano de la iniciativa privada continúa avanzando en inversión a campos públicos bajo la condición de entregar el uso hasta por 100 años, convenios que se firman ante el desconocimiento de la ciudadanía, por lo que existe alerta entre los entrenadores y deportistas.
Por otra parte, los recursos millonarios destinados al deporte se derrochan en el pago de todos los gastos para los organizadores de eventos nacionales e internacionales, personajes, deportistas extranjeros que visitan Oaxaca, así como viáticos de funcionarios al interior de la dependencia y atletas “recomendados” aunque no tengan el talento, donde los verdaderos deportistas oaxaqueños que llevan carreras independientes con mucho esfuerzo, no participan, en su mayoría por falta de recursos.