* El oaxaqueño Emilio Velásquez abandonó en la última etapa tras volar su motor en una de las imágenes más dramáticas del rally; Erik Comas se consagra campeón
Francisco Ricárdez
Un vuelco inesperado dio la definición de La Carrera Panamericana 2014, en la que se combinaron la victoria del francés Erik Comas y el abandono de Emilio Velázquez, para consumar una remontada sensacional en la séptima y última etapa.
Ya se pronosticaba que el desenlace sería dramático, pero no se esperaba tanto, pues Emilio Velázquez arrancó con cómoda ventaja la mañana del jueves en Zacatecas, para encarar el epílogo de la competencia rumbo a Durango, aunque no contaba con que la fortuna le daría la espalda para que Erik Comas y su navegante Isabel de Sadeller, en el Studebaker 111, le arrebataran el título.
Había sido tal la perfección en el manejo de Emilio Velázquez y su navegante Javier Marín, en el Studebaker 113 de la categoría Turismo Mayor, que se esperaba un apretado cierre del expiloto de Ligier y Larrousse en la Fórmula Uno, sin embargo, nada que modificara de última hora la clasificación general.
Pero como siempre, La Pana tiene la última palabra. El contingente llegó a la cuarta velocidad de la jornada, en el Espinazo del Diablo, que le hizo justicia a su nombre convirtiéndose en un verdadero infierno para Velázquez y Marín, quienes volaron el motor de su bólido, el cual quedó anclado en la profundidad de la cuneta en una de las imágenes más dramáticas de la historia, precisamente porque significaba que el título cambiaría de manos.
Por momentos, parecía que hasta el clima conspiraba para que Emilio regresara a la pelea, pues el siguiente tramo de velocidad, en Las Rusias, fue suspendido por una lluvia que ha perseguido a la caravana desde su inicio el viernes pasado en el Puerto Jarocho, por más de 3 mil 100 kilómetros de recorrido.
Pero ya todo estaba dicho. Ya le había pasado a Hilaire Damiron y ahora le pasaba a Emilio Velázquez. La competencia siguió su inexorable marcha y Comas y Sadeller no hicieron más que mantener el auto en la carretera, para hacer polvo la ventaja de Velázquez y Marín, y con ello consagrarse en forma dramática con los nuevos campeones del certamen.
El tándem del Studebaker 111 negoció sin contratiempos los últimos tramos contrarreloj en Mimbres y Río Chico II, para dirigirse hacia el arco en el hermoso Arzobispado de Durango, en pleno corazón de la ciudad, con su tercer triunfo de la justa y también con la etiqueta de monarca.
De manera extraoficial, Doug Mockett y Angélica Velázquez arribaron en la segunda posición en la séptima etapa en un Oldsmobile.
La séptima y última etapa de la edición XXVII de La Panamericana se disputó sobre un largo recorrido de 598.820 kilómetros, para poner punto final a una emocionante competencia que había sido dominada los dos años previos por Gabriel Pérez e Ignacio Rodríguez.