La semana santa es una celebración que en la Villa de Zaachila tiene tus características peculiares, en donde se resaltan los contrastes culturales consolidados en el sincretismo cultural, dado de la fusión entre la cultura española (Europea) y la zapoteca (Mesoamericana).
La semana Santa es fusión entre lo sagrado y lo profano; la algarabía y la solemnidad nos envuelve en el ritual; atuendos, colores, sonidos, olores, música, baile, penitencia, sabores, sacrifico, fe, oración y más envuelven con su velo a propios y extraños; durante toda la Semana Santa la gente de Zaachila, de sus alrededores y de más allá de sus fronteras se congregan y comulgan de la celebración.
Todo inicia cuarenta días antes con el Martes de carnaval, luego el Miércoles de Ceniza con lo que se da comienzo a la cuaresma. En el cuarto viernes el pueblo disfruta de la “Samaratina”, tradición arraigada en donde la gente comparte y reparte agua de distintos frutas y sabores: horchata, chilacayota, jamaica, tuna, tamarindo, etc., así como la tradicional nieve y el exquisito tejate.
Específicamente la Semana Santa inicia con el Domingo de Ramos, se entrega palma, la cual se bendice en una celebración litúrgica, en este día se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén, para luego dar inicio a lo que fuera su pasión.
El lunes de la semana mayor por la noche en cada uno de los barrios se escuchan los sonidos del caracol, los tradicionales “concheros” realizan sus peregrinaciones hacia las diferentes zonas de la sierra oaxaqueña para recolectar las flores silvestres, entre ellas azucenas amarillas, junco, pazle, laurel, ramas de pino y en especial “la disciplina” que es una planta parasita de los bosques tropicales. La cena que se realiza se compone por los siguientes productos: carne de guajalote, huevos hervidos, tortillas cocidas, chiles de agua asados, mezcal, pasta de frijol, mezcal y agua. El guajolote se adorna con flores silvestre de color roja (monacillo) y como seña particular lleva un cigarro en el pico como señal de compromiso.
El martes y miércoles santo la gente se reúne a las orillas de la población, en la zona de la nogaleras, en donde se comparte la bebida de los dioses: el téjate. El espacio también se adorna con azucenas amarillas, juncos y la apreciable disciplina.
El viernes santo se inicia la procesión de Santo Viacrucis en el Barrio del Niño con la imagen de Jesús, pasando por los barrios de San José y San Sebastián, en éste último se lleva a cabo el “Encuentro” simbólico entre María y Jesús. Más tarde se celebra la ceremonia de las siete palabras, para posteriormente pasar en peregrinación al Barrio de San Sebastián para que se integre la imagen de la virgen de Dolores en la marcha hacia el entierro, según la costumbre del pueblo las mujeres se colocan en la parte delantera y acompañan con velas para alumbrar el sendero del difunto el cual es cargado por los hombres los cuales se van turnando. Además no puede faltar la banda de música que entona un la pieza musical melancólica “el rosario de Zaachila”, únicamente usada para esta celebración.
Finalmente el domingo es el día de la “Resurrección”, en el cual participan diversos grupos culturales y la población, se reúnen en el Barrio de la Soledad y de ahí parten en procesión al templo principal en donde se desarrolla una celebración litúrgica, al concluir la ceremonia se da paso a la participación festiva de los grupos culturales con bailes y danzas tradicionales del pueblo, representantes y espectadores de las coreografías comulgan consciente e inconscientemente en el intercambio simbólico.
Con esto se da fin a la Celebración de la Semana Santa. Te invitamos a que seas cómplice y parte de las costumbres y tradiciones de la Villa de Zaachila, vive la Semana Santa con los zaachileñ@s. ¡Estás invitado! Te esperamos!.