Itzel Mendoza García y Dolores Muñoz Cruz son alumnas del segundo semestre en el plantel Tlacolula del Colegio de Bachilleres e integrantes del Círculo Literario de la escuela. Comparten lecturas y escriben poesía y cuentos cortos. La literatura se ha convertido en una pasión que, dicen, difícilmente podrán dejar.
Dolores vive en Totolapan. Todos los días se levanta a las cuatro y media de la mañana para arreglarse, acomodar sus útiles escolares y salir a buscar transporte para llegar a tiempo a sus clases. Su papá falleció y su mamá trabaja en un restorán. Sabe que sólo estudiando podrá superarse. Por eso, aunque sale muy temprano y regresa a la casa a las cinco o seis de la tarde, aprovecha el tiempo para hacer tareas, trabajos escolares y estudiar. Por la noche, dice sonriente, “le robo una hora al sueño para leer o escribir algo”.
Itzel, su compañera, vive con su hermano en Tlacolula. Sus padres están lejos. Residen en Los Angeles a donde fueron a trabajar para dar sus hijos un mejor futuro. Debemos atender los requerimientos de la casa, hacernos de comer, cuidar el limitado recurso que nos mandan nuestros papás y responder en nuestros estudios, dice.
Pero también luego de cumplir sus deberes lee, principalmente literatura universal: Willian Faulkner, Dostoievski, Dickens, Joseph Conrad, García Márquez, Saramago, entre otros. Y también escribe. “Poesía y cuentos cortos es lo que más me gusta”, afirma sonriente.
Ambas forman parte, junto con otros 10 alumnos, del círculo de lectura del plantel, que asesoran las maestras Marta Patricia Limón Ramírez y Cristina Loaeza Vega. Quisieran ser escritoras. Pretender ir publicando sus trabajos, pero también desean seguir estudiando. Dolores quiere ser ingeniero forestal, Itzel quiere ser doctora. Pero la literatura siempre formará parte de sus vidas, afirman contentas.