A DLMD, con amor.
Santa María Roaló Trinidad Zaachila. Fue un domingo en que recobre la esperanza. Uno de los últimos dias de abril, soleado, caluroso.
Sostenido en sus dos huaraches, con sotana blanca, barba espesa y una sonrisa reservada, esperaba el parroco de Santa María Natividad Zaachila, Juan Ruiz Carreño, la llegada de las comunidades vecinas, en una celebración unificadora, comenzaban ya las porras por la llegada de cada comunidad hermanando los pueblos.
Hombre de lectura, de justicia, coherente entre sus palabras, hechos y predicados. Caminando al lado del pueblo, al lado de los hermanos en lucha, de corazón fuerte, conocido entre los zaachilenses, quien a enseñado la importancia de convivir en una sociedad de paz y respeto, se caracteriza por su carácter fuerte para que la comunidad comprenda las festividades y la importancia de encontrar armonía en cada familia, cada día.
La sede del encuentro Santa María Roaló, un pueblo con cuatrocientos años de haberse fundado sobre una inmensa laguna, aguardaba la presencia de La Trinidad Zaachila, El Carmen, La guadalupe, La Raya, Zimatlán, Santa Inés del Monte, San Lucas Tlanichico. El festejo, la misericordia de Jesucristo.
Al ritmo de su pulgar tocando su rostro, mirando la fé en cientos de personas que se congregaron para escuchar la palabra, el padre Juan invitó a los representantes de cada iglesia de las comunidades presentes a dar las nociones sobre el taller realizado dias atrás, el tema “Familias Diversas”.
Con ojos espectantes ante las reacciones de cientos de familias, ancianas, ancianos, niños, niñas y jóvenes, el primero en participar fue la comunidad de La Trinidad.
“Debemos saber que Jesucristo siempre proclamó la paz, el respeto, la tolerancia, ante todo el amor. La familia es el núcleo de la sociedad, por ello debemos entender que existen distintos tipos de familias…”
Sus ojos del padre, se posaron concentrados sobre la concurrencia, la oración pronunciada conllevaba una connotación bastante fuerte en la sociedad, hablar de distintos tipos de familia, homosexuales, heterosexuales, la iglesia, los creyentes. Su mirada se posó en cada movimiento de los ahí presentes, quienes escuchaban sin asombro lo que el orador les soltaría.
“Existen familias diversas, familias donde hay mamá y papá, dos mamás, dos papás, debemos respetar, y esto no refiere a que la sociedad se disgregue, se deteriore, esto existe, está aquí, tenemos que entender que ante todo, el amor se hace presente, pero sobretodo en nosotros debe existir el respeto a esas manifestaciones de amor, de libertad”.
Dichosos los oídos, al fin, al saber que un lider moral, un padre de la iglesia católica hace uso del poder de la escucha de sus feligreses para compartirles que la convivencia entre parejas del mismo sexo, no tiene que ver nada con la perversión, con el morbo, con alguna desviación sexual, con algo sucio e inhumano, sino con el amor y el respeto.
Muy por el contrario, recobré la esperanza y el mensaje que transmitió –a mi parecer- fue el mismo que Jesucristo- hubiera amado dar cada día entre la humanidad, paz, amense los unos a los otros, porque al final de cuentas Amor es amor, el amor no avergüenza, el amor no humilla, el amor libera.
La concurrencia no reprochó, las masas no sugirieron algún reclamo a ese hombre de fé, paz y respeto. A ese líder espiritual que forja en sus hechos la tolerancia, la conciencia y el amor por el respeto y la paz.
Utopia eso es lo que esta ocurriendo, una sociedad incluyente que apenas comienza, donde sus religiones no generen la intolerancia, la violencia, donde nadie esconda su ser, su estar, donde no exista odio ni rechazo por amar en público a una persona de tu mismo sexo. Recobre la esperanza, porque finalmente es lo único que como humanidad soñamos, que algún día, todos podamos vivir tranquilamente en lo que nos toque vivir, sin renegar, sin esconderse.
Por @takodehueso
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