Desde muy pequeño, de la mano de su abuelo conoció Oaxaca, aprendió a vivirla y contarla. Este 30 de junio cumpliría 76 años, pero este miércoles, el Cronista de la Ciudad, el maestro Rubén Vasconcelos Beltrán trascendió, al legar a Oaxaca una vasta obra y una vida dedicada a la historia de su tierra.
Este insigne oaxaqueño nació el 30 de junio de 1940 en el tradicional barrio de La Defensa, donde aprendió a admirar su ciudad, a conocer sus orígenes e historia; temas que lo movieron para que el resto de sus días se los dedicara por entero. No había un oaxaqueño que conociera más de Oaxaca que el maestro Rubén Vasconcelos Beltrán.
Una minuciosa y disciplinada indagación del devenir de esta tierra permitió que dejara un legado cultural inigualable en su labor callada y permanente como cronista de la ciudad, a la cual le dedicó cientos de páginas de sus libros “Costumbres, tradiciones e historias”, “Efemérides oaxaqueñas” y su más reciente publicación “Oaxaca, ciudad para Vivirla y Contarla”, editado por la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (SECULTA).
Mientras se ayudaba trabajando como peluquero, pudo realizar sus estudios profesionales en la Universidad “Benito Juárez” de Oaxaca, donde cursó la Licenciatura en Administración de Empresas, carrera de la que hizo un postgrado en Sao Paulo, Brasil.
Recordaba que a su regreso a Oaxaca, se desempeñó desde 1979 en distintos cargos en la administración pública del Gobierno del Estado. Llegó a ser director de la Escuela de Comercio, hoy Facultad de Contaduría y rector de la Universidad “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), así como catedrático de las Preparatorias y de la Facultad de Contaduría de la UABJO.
También fue Jefe del Departamento de Estudios Socioeconómicos y desempeñó el cargo de director del Instituto de Investigaciones para la Integración Social del Estado; director general de ADOSAPACO, titular de la Dirección de Cultura y Bienestar Social, y Director General del Consejo estatal para la Cultura y las Artes de Oaxaca.
En diciembre del 2001, por decisión del Honorable Cabildo Municipal, fue nombrado “Cronista de la Ciudad de Oaxaca”; el 25 de abril del 2009 en el marco del 477 aniversario de ciudad y en sesión solemne, recibió la Medalla Donají y el nombramiento de Ciudadano Distinguido.
Dedicó muchos años de su vida en dictar conferencias, cursos y visitas guiadas que sensibilizaban a los habitantes de la ciudad y a los prestadores de servicios turísticos sobre el enorme legado arquitectónico e histórico de la Verde Antequera.
Fue una de las voces más respetadas en el rescate de la riqueza patrimonial, constantemente amenazada por la ineludible transformación urbana de la Ciudad de Oaxaca, pero además su ejemplar labor, permitió que heredara al estado y al país un importante legado cultural.
Al respecto, el titular de la SECULTA, Alonso Aguilar Orihuela, en el último libro del maestro Vasconcelos “Oaxaca, ciudad para Vivirla y Contarla”, apunta: “ha sido un testigo privilegiado de las grandes transformaciones que ha tenido su ciudad en los últimos cincuenta años”.
“De pequeño acompañaba al sacerdote de su parroquia a visitar enfermos por diferentes rumbos de la ciudad y como adulto, en su faceta de vendedor de seguros y autos, mantuvo un estrecho contacto con la gente de su entorno”.
“Su facilidad para narrar historias y relacionarse con todo tipo de personas, lo motivaron a iniciar un largo periplo por el mundo de las letras mismo que, años después le valió un merecido reconocimiento, al ser nombrado en 2001 como cronista de la ciudad”.