El hecho de juntar dos palabras con un punto es pretender formar un solo concepto, no me interesa definirlo claramente, sólo provocarlo, intentar persuadir al lector y que él termine de construirlo; dejar que la lengua se solvente por ella misma”, explica el autor.
Nacido en la Sierra Norte de Puebla, justamente en el poblado de Pahuatlán, en el corazón de la Huasteca poblana, “tierra de Dios y María Santísima”, como dice Edson Lechuga, el escritor pasó ahí su infancia, inmerso en una estrecha convivencia con la naturaleza, el surco, el olor a mula, a pulque y con la tradición oral. Autor que llega a la FUL 2016 con su nuevo libro “Soledad.Piedra” (Cal y Arena).
Y de su génesis como escritor, explica que fue esa relación brutal del hombre, que tiene que ver con el monte, lo salvaje y con esa parte tan perturbadoramente animal de los seres humanos, que se ve salpicada en su literatura.
Lechuga pasó la preparatoria de noche, en Puebla, y las más de las veces, borracho para después mudarse al entonces Distrito Federal, luminoso bote de basura como él lo llama; urbe donde vivió durante diez años. Artísticamente inquieto picoteó varias carreras como psicología, literatura, letras, antropología y durante su paso por Veracruz cursó artes plásticas. Desertó de todas las carreras despreocupadamente hasta que determinó graduarse en Letras, que posteriormente complementó con un Máster en Escritura Creativa durante su larga estancia de 12 años en Barcelona, España.
Actualmente ya es autor de varios libros como “Llovizna”, “Anoche me soñé muerta”, “Luz de luciérnagas”, “Gotas de mercurio”, sólo por mencionar algunos. Su más reciente obra es “Soledad.Piedra”, título que se robó de un pueblo asentado entre Puerto Escondido y Oaxaca; suma de sustantivos que le parecieron brutalmente telúricos, a tal grado de semejar la sensación con la experiencia del nacimiento de su hija.
“Soledad.Piedra’ es un volumen compuesto por cinco relatos y de uno de ellos toma nombre todo el libro. Otros tres de los cuentos se desarrollan en diferentes puntos geográficos, uno en el ex DF, otro en Barcelona y uno más en Pahuatlán, ciudades que son parte de sus cartografías literarias recurrentes y con las que ha tenido una relación profunda, aunque no necesariamente buena, sino intensa, ruda, violenta, descarnada a veces y en otras, amorosa. “El viaje y la frontera son vínculos que reúnen los textos entre sí para esta edición, a pesar de no haber sido concebidos con el propósito de conjuntarlos”, apuntó Lechuga.
“Escribí los cuentos con años de distancia entre sí, sin saber que formarían parte de un libro. Un día estaba impartiendo un conversatorio sobre la frontera y me percaté de que tenía varios cuentos con esa temática y que podrían ofrecer un desarrollo, defenderse desde su autonomía, pero también defender y construir una unidad llamada ‘Soledad.Piedra’, es decir, mantener como eje la frontera y el viaje, la palabra”, reflexionó el escritor en torno a la concreción de su libro.
Por otra parte, la propuesta de lenguaje que Edson ofrece a sus lectores no sólo en “Soledad. Piedra” sino en cada una de sus múltiples redacciones, tales como artículos publicados en periódicos y revistas en los que colabora, o en sus poemas y textos recopilados en su blog http://yonosoyedsonlechuga.blogspot.mx/son audaces, en los que puede prescindir de la presencia de mayúsculas o signos de puntuación o dar la exclusividad de un renglón a una palabra.
“El lenguaje es una entelequia; una cosmovisión, una civilización; el lenguaje forma otra civilización superior a nosotros, tiene tantas posibilidades, éste construye la realidad con que nos relacionamos entre nosotros y con la realidad a partir de él. Soy un apasionado del lenguaje. El hecho de juntar dos palabras con un punto es pretender formar un solo concepto, no me interesa definirlo claramente, sólo provocarlo, intentar persuadir al lector y que él termine de construirlo; dejar que la lengua se solvente por ella misma”, explica vehementemente el autor.
Esta libertad de escritura a la que alude le permite mantenerse vinculado a la realidad tergiversándola, atacándola, corrompiéndola, pervirtiéndola con la letra y ofreciendo un mejor lugar qué habitar dentro de sus libros, según explica.
“La realidad no me gusta y menos la de este país con este gobierno. Una novela es una realidad paralela, un territorio al que el lector puede acudir en el mejor de los casos; me gusta compartir los universos que construyo con los lectores porque sé que hay miles de personas cansadas de esta mierda y que les gustaría ir a otro sitio a ser auscultados con otras manos, a ser cuestionados con otras preguntas o hacer otras reflexiones, donde las personas seamos más dignas”, compartió el escritor y bloguero.
Esta sería la tercera ocasión en la que Edson presenta alguna de sus obras en la Feria Universitaria del Libro (FUL). Dado que Pachuca se encuentra en un camino que interesecta entre la Ciudad de México y Pahuatlán, el escritor alberga un especial aprecio por Hidalgo, además de aplaudir el esfuerzo de la máxima casa de estudios de la entidad y de su patronato al fomentar actividades culturales para promover la literatura en el país.
Será el 3 de septiembre cuando Edson Lechuga presente su más reciente publicación, “Soledad.Piedra” en la 29 edición de la Feria Universitaria del Libro (FUL 2016), organizan la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), bajo el patrocinio de su Patronato y la Secretaría de Cultura del gobierno Federal.
La FUL empieza este viernes 26 de agosto, y se asienta en las instalaciones del Polideportivo Carlos Martínez Balmori para finalizar el domingo 4 de septiembre; es un evento con entrada gratuita a sus 1,060 actividades y queda a sólo 60 minutos de la Ciudad de México.