Ostracismo voluntario

Editorial 193. Periódico Tucán.

Por más de 70 años, los gobernadores de la entidad oaxaqueña emanados del PRI, una vez concluida su administración y para no entorpecer las labores del nuevo mandatario en turno, optaban, o en otros casos eran obligados al “exilio voluntario”, y nunca más se les volvía a ver en público o en actos partidistas.

Desafortunadamente, ésta “disposición” termina con la llegada de José Nelson Murat Casab. Quizás uno de los gobernadores más corruptos, autoritarios y prepotentes que haya tenido la historia de Oaxaca.

Una vez concluido su mandato, inició la confrontación con su sucesor, Ulises Ernesto Ruíz Ortíz, al pretender  influir en su gobierno, imponiéndole a funcionarios dentro de su administración, lo que ocasionó el rompimiento entre ambos personajes.

Ruíz Ortíz, en reciente entrevista radiofónica en la capital oaxaqueña, culpó a José Murat Casab y Diódoro Carrasco Altamirano, de haber encabezado el Movimiento Magisterial y Popular del 2006, para derrocarlo como Gobernador de la entidad.

No cabe duda como dice el refrán; “El arte de la política es comer kk sin hacer gestos…”, porque después de trenzarse en una “pugna” política, hoy están juntos.

A parte de Diódoro Carrasco Altamirano, reapareció otro de los ex-gobernadores (interino), Jesús Martínez Álvarez, quien por cierto cuando ocupó la Secretaría General de Gobierno, en la administración que encabeza, Gabino Cué Monteagudo, no pudo destrabar el conflicto de los Chimalapas,  donde Oaxaca perdió gran parte de su territorio frente a los chiapanecos.

Solo un ex-gobernador ha cuidado las formas, Heladio Ramírez López, (un “viejo lobo de mar”). Que también se rodeó de funcionarios que le dieron mala imagen a su gobierno.

Pero, como dijera Murat Casab “el que ya bailó que se siente”, y dejen trabajar a quién tiene la encomienda de Gobernar Oaxaca.

Por otro lado, es criticable la “nueva generación” de políticos provenientes de los partidos de coalición, que no han dado una, pero, que sin embargo, ya probaron las “mieles del poder” y difícilmente soltarán el mando.

Asimismo, han empezado los actos proselitistas en apoyo a los “parvulitos” y “politiqueros” que se sienten con derechos ante el relevo gubernamental.

Volviendo al tema del “Ostracismo Voluntario”, recuerdo que en 1975 (el que escribe) coincidió en la Ciudad de México, D. F., con el Licenciado, Fernando Gómez Sandoval, en uno de los elevadores del desaparecido edificio “SCOP”… nos saludamos como buenos oaxaqueños, le hice la pregunta ¿cuándo vendría a Oaxaca?, él me respondió; “en cuanto me lo permita mi trabajo”.

Gómez Sandoval, fungió hasta 1974 como Gobernador Interino, sustituyó al tuxtepecano, Ingeniero, Víctor Bravo Ahuja, quién fue llamado por el Presidente de la República en turno, para ocupar la Secretaría de Educación Pública.

Bravo Ahuja, fue el emprendedor de las obras, hoy,  Mercado de Abasto, Central Camionera, Auditorio “Guelaguetza”, Periférico, calle de la Panorámica, entre otras. Bueno, culminándolas, Fernando Gómez Sandoval. A éste último personaje se le criticó por la construcción de una modesta casa de campo por el rumbo de Santa María “El Tule”, algo insignificante comparado con las actuales residencias de ex-funcionarios.

Luego, le tocó el turno a Don Manuel Zárate Aquino, que por su rudeza con los estudiantes  universitarios y sindicatos, fue  obligado por el entonces Secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles,  a renunciar al cargo de Gobernador del Estado, en 1977.

El Profesor y Licenciado, como le gustaba que le llamaran, (porque decía que él si había estudiado), después de varios años “rompió el silencio” en una entrevista con la Revista “Fin de Siglo”, (antecesora de Tucán).Mencionando que lo único que le interesaba como Gobernador del Estado, era el hambre de Oaxaca y para ello, compró  equipo agrícola,  para tratar de mecanizar el campo, dejando a un lado la “yunta”. Pero, no corrió con suerte porque le llenaron de piedras el camino y de ello  culpó a Pedro (Vásquez Colmenares), de orquestar su caída, al igual que otros funcionarios desleales de su gobierno.

Zárate Aquino, después del movimiento universitario del 76-77, decidió quedarse a vivir en Oaxaca (en su casa de la calle de Murguía).

A lo que el reportero de “Fin de Siglo” le pregunto ¿Por qué no se fue de Oaxaca…?

Respondiendo Don Manuel Zárate Aquino; “No tengo porque irme de Oaxaca. No he robado a nadie, ni le he hecho mal a nadie… Lo que se dio, fue algo planeado por gente que  quiso hacer daño a mi gobierno…”

En fin, volviendo al tema principal del “ostracismo voluntario”. Hoy en día, el “Gobierno Plural del Cambio”, se llenó de gentes inexpertas, lo que atrajo “políticos despreciados” por la sociedad  que solo buscan ambiciones personales.

En verdad es preocupante que vuelvan a Oaxaca los “viejos vicios” que tanto daño hicieron a los oaxaqueños y dejando a las comunidades en la pobreza y marginación.

Tres sexenios
Tres sexenios

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