Oscar Vergara
El pasado viernes 4 de Octubre, una historia de amor termino en los golpes e insultos; un marido despechado ataco con los puños a su esposa en pleno zócalo de la Ciudad de Oaxaca.
La Historia
Elia López de 35 años de edad es vendedora ambulante y dijo que su esposo la venía siguiendo desde su pueblo, Zaachila, pero momentáneamente le perdió la pista por lo que creyó que ya se había librado de él, sin embargo José Luis Martínez (el marido) la encontró a unos metros del Kiosko del zócalo de la verde Antequera donde comenzaron a discutir fuertemente hasta que José Luis comenzó a golpearla como si se tratara de otro hombre.
Algunas personas que se encontraban en el lugar intervinieron, las mujeres para proteger a Elia y los varones le propinaron una golpiza al sujeto quien se encontraba sujetado por otro hombre mientras otros lo golpeaban al tiempo que le gritaban “para que sientas hijo de la chingada que a una mujer no se le trata así”.
El sujeto sangraba abundantemente de la mano izquierda debido a que su esposa lo hirió, al parecer con un vidrio de una botella que rompió para defenderse.
Luego de varios minutos la policías municipales intervinieron ante lo que parecía un intento de linchamiento pues cada vez se escuchaban más voces “¡hay que desmadrarlo! ¡Que se muera!”.
José Luis Martínez notablemente influenciado por alguna sustancia no lograba hilar ideas concretas argumentaba que su esposa está loca “está loca, ella me cortó con un vidrio, ¡me quería dejar pinche vieja!
Elia López dijo que desde hace un año y medio ya vive con su esposo precisamente porque sufría violencia “desde hace año y medio lo dejé porque cada vez que se droga me pega y desde que lo dejé no deja de hostigarme, tengo mucho miedo no sé qué hacer”.
La golpiza que el marido propinó, dejó serias lesiones a Elia, uno de sus ojos quedó totalemte cerrado.
Estos hechos reprobados por la sociedad continúan en el núcleo social de Oaxaca, haciéndose presentes cotidianamente en las colonias, poblaciones, barrios; una práctica impune y que en muchos casos llegan a la muerte. Las denuncias presentadas por las víctimas, solo quedan ahí, en los expedientes empolvados sin que se haga justicia para las mujeres.