José Hernández y Hernández
Ante la indiferencia de las Autoridades Municipales, desde la capital oaxaqueña, hasta las comunidades más apartadas del Estado, ha generado el brote de inconformidades entre ciudadanía por la falta de aplicación correcta de los recursos para obras de beneficio público, así como; el abuso de autoridad, además de líos por límites de tierras, la falta de vías de comunicación, bacheo de calles, alumbrado público, introducción de agua potable, electrificación, servicios de salud, drenaje, seguridad, transporte, ambulantaje, prostitución. Todo esto cobijado bajo la corrupción y complicidad de las mismas autoridades por ocultar costos reales en algunas “obras” que en ocasiones se duplican o cuadruplican…
Ahora, la toma de Palacios Municipales está a la orden del día, como un ejemplo; Santa Cruz Xoxocotlán, Tlaxiaco, Juxtlahuaca, Santa María Chimalapas, por mencionar algunos.
En consecuencia, por la falta de autoridad, la inconformidad por la falta de autoridad se ha manifestado con la renuncia del Presidente Municipal de Santa Lucía del Camino, Pedro Cabañas Santamaría, el 14 de septiembre del presente año.
Además, de los hechos violentos suscitados en el mes de mayo en Juchitán con la quema taxis y mototaxis.
Los ataques armados en San Francisco Jaltepetongo con San Miguel Tecomatlán, por limites de tierra.
El viejo conflicto en la zona triqui, especialmente en el Municipio Autónomo de San Juan Copala, que no ha sido resuelto hasta el momento, como consecuencia los plantones de los “triquis en los corredores del Palacio de Gobierno.
En Huajuapan de León, los líos agrarios de Tataltepec y Tilantongo.
Sumandose a esto, los desacuerdos por límites de tierra entre Cuilapam de Guerrero y San Pablo 4 Venados.
La protesta de pobladores por la instalación de la construcción del proyecto hidroeléctrico “Paso de la Reyna “, en el Municipio de Santiago Jamiltepec.
El rechazo a la explotación de la Minera Cuxcatlán, en San José del Progreso, Ocotlán, lo cual ha dejado pérdida de vidas humanas.
El repudio a la instalación de “Parques eólicos” en San Dionisio del Mar, en la Región del Istmo.
Las protestas generalizadas en Miahuatlán de Porfirio Díaz, por la construcción del Reclusorio de Alta Seguridad, ordenado por el Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa. En el corazón de las Rancherías de ésta misma demarcación conocido como “Mengolí de Morelos”.
La añeja disputa por límites de tierras entre Chiapas y Oaxaca, en la Región de los Chimalapas.
Otro conflicto más se acrecenta en San Sebastián Nopalera con Zimatlán de Lázaro Cárdenas.
Renglón especial, lo ocupa, la cacería, desaparición y asesinatos de luchadores sociales, como el caso del dirigente triqui, Heriberto Pazos Ortiz, la emboscada donde perdieron la vida Beatriz Cariño, y Yakola, cuando viajaban en la “caravana de la paz” rumbo a San Juan Copala. El asesinato del líder Bernardo Vásquez, en San José del Progreso, Ocotlán.
Los casos de los 102 maestros asesinados y desaparecidos en Oaxaca, dato registrado por la Comisión Magisterial de Derechos Humanos: de 1978 al 2011.
De los casos más recientes, la lista menciona a Rafael Vicente Rodríguez Enriquez, Guadalupe Pérez Sánchez y Carlos Román Salazar, desaparecido el 14 de marzo del 2011 y por quién la Procuraduría General de la República, a través de publicaciones en diferentes medios de comunicación, ofrece “UN MILLÓN DE PESOS” de recompensa, a quién proporcione información de su paradero.
Oaxaca ha vivido hechos trágicos como el 2006, a consecuencia de una gran inconformidad generada por la indiferencia, el autoritarismo, corrupción y represión de sus malos gobernantes.
Hoy, pareciera que se le atiza “leña a la hoguera” porque cada día brotan conflictos por todo el Estado, además de las manifestaciones y plantones en la capital oaxaqueña.
De continuar en esa política, puede detonar en hechos violentos como lo han manifestado líderes sociales.
La ciudadanía oaxaqueña aún tiene esperanzas en el gobierno del cambio.
Hay tiempo de retomar el camino.
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