Hetilberto Juárez
Fue la noche del pasado 16 de febrero cuando un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), perteneciente a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), trasladaba al Gobernador de Oaxaca, Alejandro Ismael Murat Hinojosa a la comunidad de Santiago Jamiltepec, desafortunadamente al momento de su aterrizaje colapsó sobre los damnificados que se encontraban acampando en una cancha de futbol ante el temor de registrarse un nuevo temblor en su comunidad.
El accidente ocasionó la muerte de 14 personas, además de 15 heridos, de los cuales algunos les tuvieron que amputar sus piernas. Posteriormente a la tragedia los afectados solicitaron la ayuda oficial para solventar los gastos de operación y recuperación, donde las ilusiones de jóvenes y niños quedaban marchitadas al condenarse a un futuro truncado.
Para la mayoría de los pobladores de este municipio Oaxaqueño, el día de mañana 16 de febrero será recordado como una noche trágica que dejó dolor y desolación a la tierra costeña.
Del siniestro, el ejecutivo estatal resultó ileso, así como su equipo de trabajo, reporteros y el ex secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, que lo acompañaban.
Al respecto, actores políticos y sociedad en general criticaron y responsabilizaron en su momento la imprudencia del mandatario oaxaqueño, por su desafortunada decisión de trasladarse vía aérea y de noche al lugar que no tenía reporte mayor de emergencia debido al terremoto registrado de 7.2 grados.
Por otra parte, en el tema de justicia únicamente se entregó una indemnización a las familias afectadas por parte de la SEDENA, mientras que de los responsables hasta la fecha no se ha dicho nada al respecto.
Sin embargo a un año del accidente aéreo, las huellas de tristeza permanecen en Jamiltepec, comunidad de la Región Costa, quienes continúan hasta la fecha en un rezago total; carente de servicios públicos, sumándose la falta de atención a las necesidades primordiales para la población.