Said Hernández
Fue el 18 de marzo del año 2004 cuando Oaxaca se convirtió en noticia internacional, al informarse primeramente en las radios locales la muerte del entonces Gobernador del Estado, José Nelson Murat Casab, víctima de un ataque armado en el acceso principal al Hotel Victoria, ubicado en la carretera Cristóbal Colón, en el centro del Cerro del Fortín. La noticia provocó una gran movilización de las fuerzas federales, estatales y municipales al lugar del delito.
Del “atentado” resultaron heridos el teniente Manuel Moreno Rivas, con una lesión de arma de fuego en la pierna, así mismo, informaron que un elemento de la policía auxiliar sufrió una caída de la camioneta en que viajaba golpeándose la cabeza, lesión que le costó la vida, de la lamentable noticia no se tuvieron mayores datos.
A las puertas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lugar al que fue trasladado el exgobernador de Oaxaca, testigos informaron que José Murat llegó con los pantalones rotos, ensangrentado, golpeado y de semblante pálido.
En ese proceso de atención médica de urgencia, periodistas, políticos, servidores públicos e informantes, se apostaron alrededor del nosocomio que era fuertemente custodiado por las fuerzas estatales. Horas después, el exmandatario estatal salió caminando por su propio pie rumbo a la casa oficial, en donde ofreció una “rueda de prensa”, solo para su personal encargado de la información, negando los accesos a los periodistas locales.
“No los puedo dejar pasar porque no los conozco y así como están las cosas puede sufrir otro atentado”, dijo el vocero Carlos Velasco.
Mientras tanto, Murat explicaba que había registro de llamadas con amenazas de muerte, registros que estaban en el IMSS.
“Que me salvé de esta, pero la próxima vez me van a matar, dijeron en el teléfono del IMSS”, señaló Murat.
Mientras tanto, esa misma tarde se realizó la reconstrucción de los hechos por el titular de los Servicios Periciales, Dr. Elías Salvador Ramírez, el cual detalló en su informe que se encontraron sobre la carretera un total de 47 casquillos de armas de nueve milímetros, Ak-47 y cuerno de chivo.
Del ataque armado a la camioneta tipo Quets, color gris platino, en la que viajaba el exgobernador solo registró tres impactos de bala del lado derecho, a diferencia de lo que presentaba por la mañana, una bala del lado izquierdo del lado del conductor y el parabrisas estrellado, supuestamente por el impacto de balas expansivas. Horas más tarde, los escoltas entraron a la escena para atribuirse los nuevos daños a la camioneta.
El informe pericial provocó una serie de calificativos, dirigiendo los hechos hacia un “autoatentado”.
El caso fue atraído por la Procuraduría General de la Republica (PGR), concluyendo en el expediente que no existió tal atentado, en donde lamentablemente perdió la vida un elemento de seguridad.
En el informe de la PGR de fecha 5 de junio del 2004, por parte de subprocurador Ismael Higuera Bernal, detalló que los disparos que presentaba la camioneta que conducía Murat, fueron hechos desde el interior del vehículo, además de no encontrar elementos para acreditar el cuerpo del delito, por lo que inició nuevos expedientes en contra de los escoltas por el delito de “Falsedad de Declaraciones”.
Murat a nuevo expediente de la FGR
Esta mañana, el exdirector de Petróleos Mexicanos (PEMEX), quien se encuentra en calidad de testigo ante la Fiscalía General de República, reveló la entrega de millones de pesos que tendrían como destino el soborno a legisladores para beneficiar el proyecto Odebrecht.
Las declaraciones de Emilio Lozoya vinculan a José Nelson Murat Casab, asegurando que recibió 84 millones de pesos para los propósitos de los políticos Enrique Peña Nieto, expresidente de México y Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda.
De las acusaciones, el exmandatario de Oaxaca no ha fijado su postura, sin embargo, la justicia federal nuevamente lo coloca en la mira.
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