Gregorio García
A un mes de iniciar funciones la 65 Legislatura de Oaxaca, los Diputados no tienen una radiografía de las graves problemáticas que viven los oaxaqueños en las 8 Regiones: seguridad, justicia, economía, salud, educación y deporte, son los sectores que se encuentran en crisis y que continúan agravándose por el paso de la pandemia del Covid-19, que ha dejado, además, luto y desesperación en las familias oaxaqueñas.
En ese sentido, la función del poder legislativo es crear las instituciones legales para dar armonía social en busca del bien común, es decir, crear marcos legales para que los policías, personal médico, barrenderos, profesionistas, etc., tengan garantías de seguridad, justicia, libre tránsito, trabajo, libertad y salud, entre otros derechos fundamentales, que actualmente se encuentran abatidos por la corrupción y las malas políticas públicas en el Estado.
30 días han pasado y dos quincenas millonarias han cobrado los actuales diputados, en su mayoría del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), quienes ya se encuentran cabildeando junto con sus homólogos una nueva deuda de Mil 500 Millones de Pesos, que se sumarían a la deuda que dejó la 64 Legislatura de 3 Mil 500 Millones de Pesos, del cual se esperaba estuviera especificado en el 5º informe de Gobierno de Alejandro Ismael Murat Hinojosa.
Hasta el momento, las más de 400 páginas de cinco años del Gobierno de Murat entregado en sesión solemne a la legisladora Mariana Benítez Tiburcio, mantiene al Congreso en silencio, en espera de que los movimientos políticos a nivel nacional, permitan el anclaje del ejecutivo en una de las rutas a la Presidencia de la República.
Mientras tanto, Oaxaca se mantiene en último lugar en desarrollo, condenado a los pactos políticos y no de paz y progreso, con una legislatura que no contempla agenda ni liderazgo hacia la justicia del pueblo de Oaxaca.
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