Oaxaca, campo minado

David Ortíz.

Bajo el discurso de iniciar un gobierno incluyente e intercultural, el Ejecutivo del Estado, Ingeniero Salomón Jara Cruz, durante los seis meses que lleva en funciones y junto a su gabinete y subordinados, ya han sumado varios hechos violentos en contra de organizaciones sociales, autoridades comunitarias, líderes y estudiantes, en el corazón del Centro Histórico de Oaxaca.

Lejos de escuchar las demandas y darles una solución, el mandatario ha optado por enviar a la fuerza pública, es decir, a los cuerpos antimotines para reprimir la acción de protesta, además de blindar los tres accesos al Palacio de Gobierno desde donde se oculta.

El primer cuadro de la entidad, conocida como la Plaza de la Constitución y Zócalo capitalino, se han convertido en escenario de una guerra campal entre el gobierno actual y los ciudadanos, como el caso de los desplazados indígenas triquis a quienes desalojaron los elementos de seguridad, sin importar la presencia de menores de edad en los Portales del Zócalo, orden que no se aplica para los comercios que invaden el paso peatonal con toda clase de estructuras y jardineras con fines de lucro.

Posteriormente, autoridades y pobladores de Santiago Xiacuí hicieron acto de presencia en la llamada “Casa del Pueblo”, para solicitar la entrega de sus recursos etiquetados para obras y otros servicios, sin embargo, lejos de atenderlos las autoridades estatales les enviaron a la fuerza pública para correrlos de uno de los accesos laterales del Palacio, después de engañarlos con que tendrían una audiencia, lo que causó molestia e indignación de las autoridades locales al ser golpeados, nuevamente ante la presencia de mujeres con menores de edad.

Otro caso polémico suscitado en el Zócalo de la entidad, fue cuando un pequeño grupo de mujeres triquis encabezadas por su líder Lorena Merino, protestaron a las afueras de Palacio de Gobierno con unas pancartas, donde acto seguido arribaran varias patrullas y elementos de seguridad para inmovilizarla y privarla de la libertad, sin atender con diálogo como tanto pregonan en sus discursos matutinos y conferencias a modo.

Recientemente, los estudiantes normalistas realizaron actos de protesta en el centro, los cuales fueron reprimidos y detenidos, mientras los funcionarios estatales se atrincheraban al interior de Palacio de Gobierno.

También el engaño y simulación han sido las estrategias de la autonombrada “primavera oaxaqueña”, como el caso de los trabajadores sindicalizados de salud, quienes después de varios días de paro laboral, fueron citados para revisar su pliego petitorio basado en material laboral y otras demandas, reunión a la cual nunca llegó el secretario de Gobierno, Jesús Romero López, por lo cual se rompió el diálogo y los inconformes retomaron acciones de protesta. Otro ejemplo de lo anterior, son los mentores de la educación afiliados a la Sección XXII, quienes actualmente mantienen un plantón en el Zócalo capitalino.

Por otra parte, se suma a esta situación la inseguridad que permea en las 8 regiones de Oaxaca, con ejecuciones todos los días. Mientras tanto, Salomón Jara Cruz, continúa en una política de culpar al pasado y señalamientos a los opositores de su gobierno, postura que podría provocar que el campo minado se active en cualquier momento.

Violencia en el zócalo de Oaxaca
Violencia en el zócalo de Oaxaca

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