Hetilberto Juárez
El pasado 16 de febrero en Jamiltepec, municipio de la costa de Oaxaca, fue el escenario de una de las tragedias más lamentables de la entidad, un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana colapso y mato a 14 personas que se encontraban acampando en una zona segura luego del sismo de 7.2 grados que daño las estructuras de las viviendas de esa comunidad aquella tarde.
Las autoridades estales y federales, que acompañaban al Gobernador de Oaxaca Alejandro Murat Hinojosa en el Helicóptero UH-60M matrícula 1071 resultaron ilesos, el mandatario estatal fue el primero en salir de la aeronave, mientras que en el lugar los gritos horror y el sonido de las sirenas irrumpieron la tranquilidad de la noche.
De este caso que enluto varios hogares en Jamiltepec, aún no hay responsables, únicamente el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, en una breve reunión con los deudos asumió la responsabilidad del hecho.
“No van a recuperar a sus parientes, pero trataremos de hacer todo lo que está a nuestro alcance para que las autoridades federales estatales y municipales y las Fuerzas Armadas podamos tratar de remediar esta desgracia que ocurrió por muchos factores”, señaló el titular de la SEDENA.
En opinión de expertos en controladores de vuelo, señalaron que fue una falta de coordinación en el aspecto logístico, como habilitar el aérea de aterrizaje con un riego de agua (mojar la tierra), ya que el polvo que levantó el helicóptero fue directo a la turbina, provocando la perdida de potencia, siendo el factor principal para que el piloto perdiera el control de la aeronave. Sin embargo, la búsqueda de los responsables se debe dar a través de un grupo de investigación aeronáutica, manifestaron.
A cuatro días de la tragedia, los señalamientos a través de las redes sociales responsabilizan a las autoridades por tomar una decisión que no era urgente, debido a que solo eran daños materiales. Pero también ¿por qué aterrizar cerca de un campamento? Un hecho de verdadero protagonismo.
Un hecho que le pudo haber costado la vida al mandatario oaxaqueño y al Secretario de Gobernación.