Texto: Alberto Nájar
Foto y Video: Mónica González
Barack Obama canceló un histórico protocolo migratorio que convertía a migrantes cubanos en ciudadanos estadunidenses. El programa era una herencia de la guerra fría entre Estados Unidos y Cuba
Miles huyeron de Cuba ante la sola idea de que fuera realidad. Y hoy lo es.
El presidente Barack Obama canceló “de manera inmediata” el programa conocido como “Pies mojados-Pies secos”.
Se trata de un protocolo migratorio que prácticamente garantizaba la residencia legal en su país a todos los cubanos que abandonaran la isla por mar, y que conseguían de alguna forma pisar el suelo estadunidense.
La Casa Blanca anunció que la medida cobra vigencia a partir del jueves 12 de enero. Desde ese momento los cubanos que pretendan ingresar a Estados Unidos “serán tratados como cualquier otro inmigrante”, indica el decreto.
Es decir: a partir de ahora los cubanos sin documentos migratorios que sean detenidos en cualquier punto del territorio estadunidense (mar o tierra) serán deportados.
Era el fantasma que espantó a miles en Cuba desde diciembre de 2014, cuando Obama anunció el deshielo diplomático. Desde ese momento empezó un éxodo silencioso que se convirtió en crisis meses después.
La certeza de no poder escapar de la isla motivó la huida masiva. Era miedo. Hoy la pesadilla es real.
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El programa cancelado inició en 1996, durante el gobierno del demócrata Bill Clinton. Fue una enmienda a la Ley de Ajuste Cubano decretada en 1966.
La legislación autorizaba la residencia en Estados Unidos a todos los cubanos que comprobaran su estancia en el país durante un año por lo menos, sin importar la forma como hubieran llegado al país.
Era sólo un trámite para convertirse en ciudadanos. Eso permitió crear en Miami la comunidad latina más influyente en la política estadunidense.
Tanto que consiguieron el respaldo del Capitolio para mantener los privilegios a sus paisanos… Y también impresionar a los candidatos presidenciales.
Es la base de la enmienda que ahora cancela Obama. En 1994 miles de cubanos abandonaron la isla en lanchas, balsas, tablas atadas a llantas con la esperanza de llegar a Florida.
Muchos se ahogaron. Más fueron detenidos por la Guardia Costera.
Pero el lobby de La Pequeña Habana de Miami (el tradicional barrio cubano de esa ciudad, donde se reclutó a los combatientes de la fallida invasión a Bahía de Cochinos en 1962) consiguió que Clinton firmara la ley “Pies mojados-Pies secos”.
En términos reales sólo fue legalizar lo que ocurría en la realidad, sobre todo después del éxodo de 1980 desde el puerto de Mariel, al sur de la capital cubana.
Fidel Castro, casi al final de un breve discurso para su costumbre (2 horas) dijo entre líneas que no castigaría a quienes traicionaran la Revolución y huyeran de la isla.
Y le tomaron la palabra. La migración masiva, que se conoció como “Los marielitos”, se documentó en libros, reportajes, películas. La más conocida se llama Caracortada.
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Cancelar la enmienda “Pies-mojados Pies-secos” es parte de las negociaciones entre Washington y La Habana para restablecer los vínculos diplomáticos.
Desde 1959 Cuba denunció que la permisiva política migratoria de Estados Unidos alentaba la salida de sus ciudadanos.
El argumento fue especialmente repetido después de 1996, cuando se eliminaron prácticamente todas las barreras a los cubanos para convertirse en estadunidenses.
De hecho, hasta el 11 de enero de 2017 les bastaba con aparecer en una estación migratoria de Estados Unidos y demostrar su nacionalidad para ser admitidos en ese país.
Ya no. Ahora todos enfrentan la misma cruel realidad de otros migrantes, como ellos.
Este trabajo forma parte del proyecto En el Camino, realizado por la Red de Periodistas de a Pie con el apoyo de Open Society Foundations. Conoce más del proyecto aquí: enelcamino.periodistasdeapie.org.mx