Trasnacionales y oligarquía mexicana serán los beneficiarios de la renta petrolera, afirma
La aprobación de las leyes en materia energética consumará el despojo de uno de los bienes más preciados de la nación: el petróleo, sometiendo a México al imperio del mercado, a los intereses de poderosas empresas trasnacionales y de la oligarquía mexicana, quienes serán los beneficiarios de la renta petrolera que hoy corresponde a todos los mexicanos.
Así lo afirmó el senador Alejandro Encinas Rodríguez, del PRD, al presentar su voto particular en contra del proyecto para expedir la Ley de Hidrocarburos y reformar diversas disposiciones de las leyes de Inversión Extranjera, Minera y de Asociaciones Público Privadas.
El legislador dijo que los nuevos ordenamientos también legalizan el despojo del patrimonio de las familias mexicanas en favor de negocios privados, anulan la soberanía y la capacidad de autodeterminación de nuestro país para aprovechar y preservar sus recursos productivos y generar riqueza para el desarrollo y beneficio general.
Cederán a particulares, en su mayoría extranjeros, el dominio que la nación ejerce sobre los recursos del subsuelo y modifica el régimen de propiedad privada, pública y social, agravando la vulnerabilidad del ejido y la comunidad indígena, al legalizar el despojo de sus tierras.
Encinas Rodríguez advirtió que se establece un proceso para la adquisición de los terrenos para la exploración y explotación, a fin de que las empresas negocien libremente con particulares, ejidatarios o comuneros, ofreciendo como contraprestaciones la compra, el arrendamiento o un porcentaje nimio de las utilidades e incluso que el actual propietario y sus familiares puedan ser empleados en su propia tierra.
Esto, consideró, entraña una grave afectación al derecho de la propiedad privada y social, al violar el principio de la causal de expropiación por utilidad pública para permitir la expropiación encubierta bajo la llamada ocupación temporal.
La legislación secundaria, señaló, definen que la exploración y extracción de hidrocarburos en los yacimientos transfronterizos se podrá llevar a cabo en los términos de los tratados y acuerdos de los que México sea parte, que en esta misma semana entran en vigor, “de ahí la prisa por garantizar la seguridad energética de los Estados Unidos”.