Miradas de reportero
Por Rogelio Hernández López
Periodista, es en serio. ¿Ya hiciste tu plan personal de seguridad por ejercer el periodismo? Trata de hacer de lado los dramatismos que frecuentemente acompañan nuestros textos periodísticos. Con frialdad, piensa en cuál es tu nivel de seguridad.
Pocos periodistas han modificado sus pautas cotidianas de comportamiento con medidas de autoprotección ante la percepción generalizada de que ejercer el periodismo en México es una actividad de alto riesgo. ¿Qué medidas has adoptado?
Desde el 1 de agosto se elevó, otra vez el enojo del gremio contra los que tienen obligación de proteger a activistas de derechos humanos y periodistas, dos profesiones que se dedican a proteger y estimular derechos y libertades de los demás. Y también creció el miedo porque se coló una certeza:
Ninguna instancia gubernamental puede garantizar nuestra seguridad si nosotros no ponemos nuestra parte…
Al respecto, comparto escenas de los días recientes y algunas sugerencias que podrían convencerte de que a ti, sí puede ocurrirte algo violento.
NO SABEMOS SI RUBEN APLICABA PROTOCOLO.
El 31 de julio a mediodía, me llamó el foto-reportero Nicolás para pedirme que apoyara en la búsqueda de su colega Rubén Espinosa. Me dejó el teléfono de la hermana de éste. Habían pasado 24 horas desde su último mensaje por SMS.
Ofrecí que coadyuvaría a tensar a la FEADLE y al Mecanismo federal de protección para que iniciaran procedimiento de búsqueda. Pregunté si sabían qué protocolo, guía o plan de protección aplicaba Rubén y sí alguna organización lo había adoptado para acompañamiento de seguridad. –Creo que no tenía— me dijeron. Eso me creo cierta alarma.
Decidí no hacer una Alerta en correos y redes sociales en caso de que estuviera secuestrado, para no estimular el riesgo. Pero después de las 17:00 horas, Artículo 19 emitió la Alerta para su localización, con autorización de los familiares de Rubén. Y a las 20:00 horas, aproximadamente,
salieron las primeras noticias confirmatorias de que Rubén era una de las cinco víctimas del multiasesinato en la colonia Narvarte, noticia que había aparecido por la mañana sin que se supieran los nombres.
Al día siguiente, 1 de agosto, el reportero Andrés Solís Álvarez, especialista en protección para periodistas me preguntó: –¿Sabes qué protección o protocolo tenía Rubén del GDF o de alguna organización?– Creo que no tenía, pero buscaré más datos y te confirmo– respondí.
Seguí preguntando y ninguna organización civil confirmaba haber recibido petición de Rubén para iniciar acompañamiento de protección… Había que buscar en las Instancias oficiales.
El 4 de agosto, Sara Irene Herrerías, jefa del Mecanismo dela Segob, le informó a El Espacio OSC, en comunicación semiprivada que: poco después del 14 de junio, cuando Rubén salió de Veracruz por presuntas amenazas inició de oficio peticiones de información a Veracruz y que alguna organización le anticipó que iniciaría procedimiento para que incorporara a Rubén, pero “a partir de ese momento y hasta la fecha, no se recibió ninguna solicitud de incorporación del periodista”, dice el escrito de la Segob.
El jueves 6 de agosto en una reunión de organizaciones civiles de defensores de derechos humanos y de periodistas en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, volví a preguntar: —¿Alguno de ustedes inició o sabe si alguien aplicó protocolo de protección para Ruben?— No, fue la respuesta. Alguien dijo, con cierta vaguedad, que Artículo 19 había pedido protección al Mecanismo semanas atrás. Pero, el escrito dela Segob, del 4 de agosto, asegura que “no se recibió solicitud de organización que lo representa o alguna organización de la sociedad civil en general”. No confirmé esto con Artículo 19.
ALARMA Y PREVENCIONES NECESARIAS
Desde el 1 de agosto, en el frenético intercambio de datos y opiniones de periodistas que pertenecen a alguna de las redes gremiales, el periodista Gerardo Albarrán de Alba escribió una Alarma en su muro de Facebook: –La Ciudad de México no es ningún “santuario” para periodistas. El asesinato de Rubén Espinosa nos recuerda que seguimos nosotros—.
Habían aumentado los miedos. Todo junto concitó a buscar elevar los niveles de seguridad de las y los colegas que se encuentran amenazados. La atención se concentró en Veracruz y en el Distrito Federal donde están varios colegas como desplazados, especialmente de esa entidad y de Guerrero.
Para la medianoche circuló la convocatoria para un acto público de protesta en el Distrito Federal para el domingo 2 de agosto. Los temores pesaban mucho más en varios. En otras ciudades, las y los periodistas comenzaron a convocarse para protestar ese mismo día y en los siguientes, hasta en municipios y ciudades donde no lo habían hecho.
Ese domingo 2 de agosto se solicitó verbalmente a la Coordinadora Ejecutiva del Mecanismo que aplicaran medidas extraordinarias para cambiar de refugio a los desplazados que tiene bajo su
protección. En todos los casos se han registrado incidentes de seguridad y la atmósfera de inseguridad en el DF elevaba automáticamente los riesgos. –Que vengan aquí el lunes—respondió Sara Irene Herrerías (creo que, por falta de sensibilidad o de experiencia, no concibió que la reacción tenía que ser inmediata y no pedir que los amenazados se exhibieran en sus instalaciones oficiales y en horas de oficina.
Uno de los periodistas desplazados por Alto Riesgo, dos semanas antes había detectado un acechador de su estado que merodeaba su refugio en el área conurbada de la Ciudad de México. Se reconocieron y cuando el acechador comenzó a huir fue detenido por el periodista que, con ayuda de un policía uniformado, lo presentó primero al ministerio público del fuero común, no le hicieron caso; lo llevó directamente ante Laura Angelina Borbolla, (todavía fiscal especial de la PGR), pero lo regañó por esa detención ciudadana; el periodista avisó también al Mecanismo federal y no actuaron tampoco. Por todo eso y el clima por el crimen múltiple, el periodista se movió hacia otra entidad, en total desconfianza con la FEADLE y el Mecanismo.
Hasta el momento de redactar estas notas. en el Mecanismo no habían iniciado procedimiento para ampliar la protección al periodista que se mudó del refugio inseguro y, además ninguno de los otros colegas habían sido evacuados de los refugios inseguros, a pesar de que hay dos resoluciones de la Junta de gobierno del Mecanismo.
Rubén, el foto-reportero, estaba amenazado, tenía temores pero, salvo su red de contactos cercanos, todos los datos recopilados todo parecía que no aplicaba procedimiento, protocolo, manual o guía de autoprotección con rigor que le ayudase a prevenir algunos momentos o situaciones de riesgo.
Otros colegas amenazados en entidades del país (más de 150, según el Mecanismo federal), si aplican prevenciones, ya sea acompañados por organizaciones civiles o por ser parte de los procedimientos de la FEADLE o del Mecanismo o instancias estatales. Sólo se ha registrado un caso, en el sur de Veracruz, que un colega fue ultimado a pesar de tener medidas cautelares.
Que nadie diga que Rubén fue asesinado por carecer de medidas cautelares. Pero, aplicando los mínimos protocolos se puede ayudar a evadir algunos infortunios. Ojalá podamos coincidir en eso.
Para quienes lo crean necesario, se pueden encontrar más de 30 de estos protocolos para evadir riesgos, en los sitios web de CNDH, la FEADLE, El Mecanismo federal. Y, si no se confía en las instituciones de gobierno también se encuentran en los portales de Espacio OSC, Periodistas de a Pie, Cencos, Artículo 19, Freedom House. O con algunos periodistas que hemos acumulado cierta experiencia para ayudar a nuestros pares.
¿Y tú colega en qué punto geográfico estás? ¿Qué fuente cubres? ¿Cuándo fue la última vez que incomodaste a alguien? ¿Qué tipo de amenaza has recibido? ¿Ya tienes y aplicas un plan, guía, manual o protocolo de autoprotección? En serio, sin dramatismos, sin exageraciones, tienes que hacerlo.