Por si alguien dudara de la existencia de la denominada clase política en México y de su falta de escrúpulos y valores democráticos, sería importante que se documentara sobre el caso que envuelve al Dr. Santiago Nieto Castillo, actual Fiscal Especial para la Atención de los Delitos Electorales en México y las acusaciones realizadas contra Arturo Escobar y Vega, ex senador, diputado federal, vocero, líder nacional, operador financiero del Partido Verde Ecologista de México, por la comisión de múltiples ilícitos electorales en procesos electorales recientes.
El caso es paradigmático, ya que en un Estado Constitucional de Derecho, como teóricamente es el Mexicano, es impensable que por hacer uso de las facultades constitucionales y legales con las que cuenta, en este caso, el fiscal especial, para investigar y perseguir ilícitos electorales, éste sea denostado, señalado, criticado e incluso desprestigiado, por la propia clase política que lo nombró en el Senado de la República.
Este linchamiento de la clase política mexicana, usando, como es natural, a los medios de comunicación, se debe a que el fiscal especializado se “atrevió” a consignar una averiguación previa y solicitar la orden de aprensión correspondiente, en contra de conocido líder político del Partido Verde Ecologista de México, Arturo Escobar, representante sin igual, de una clase política vieja, en decadencia y evidentemente autoritaria, como lo es la clase política mexicana.
La tendencia autoritaria de la clase política mexicana, es tal, que los ciudadanos mexicanos, nos hemos acostumbrado a ser simples testigos de la inobservancia y violación flagrante de la norma electoral por la mayoría de los actores políticos y aceptar que esas conductas nunca tendrán ningún tipo de castigo y/o sanción, lo cual es preocupante, ya que tomamos como parte de nuestra vida el ilícito electoral, es decir, pareciera que la ilegalidad es parte de nuestra cultura política democrática.
Fernando Savater, conocido filósofo español, no está de acuerdo con la denominación de “clase política” al señalar que al hablar de ella, nos estamos
refiriendo a una clase especial, es decir, a un grupo especial de ciudadanos, lo que en su opinión no es correcto, el señala que no puede haber ciudadanos diferentes, es decir, de primera y de segunda, sin embargo, yo me pregunto entonces, ¿cómo le podemos llamar a un grupo de personas que se dedican a competir en elecciones y violar la equidad e imparcialidad en dichas contiendas sistemáticamente? ¿acaso habrá algún calificativo para referirse a ellas? ¿se le ha olvidado a la ciudadanía el cúmulo de multas de las que fue objeto el PVEM en el seno del Consejo General del INE y ratificadas por la Sala Superior en fechas recientes? ¿Podríamos denominar válidamente a este grupo de personas que compiten en elecciones, violando la norma “ciudadanos”?
En lo particular considero que la clase política existe, es una realidad y evidentemente requiere una renovación, ya que se ha desnaturalizado la razón de su existencia, en fin, cada persona tendrá su punto de vista, pero creo que la realidad ha superado todos los límites imaginables, al infringir la norma electoral por parte de este sector de la clase política, denominado Partido Verde Ecologista de México, una y otra vez, sin ningún tipo de miramiento y medida.
Lo más preocupante es que la clase política mexicana se escandalizan por este tipo de acciones, cuando en realidad debieran ellos, los que son funcionarios al menos, pedir cuentas a sus líderes partidistas y exigirles que cumplan a cabalidad con la norma electoral, esto constituiría una acción real, al menos, intentando dignificar la política nacional.
Uno de los argumentos del denunciado es la violación a su presunción de inocencia, lo cual los abogados conocemos bien, como un principio aplicado a nuestro derecho penal, sin embargo, su argumento es débil, ¿porque? Porque el hecho de que se esté consignando la averiguación previa por la presunta comisión de ilícitos electorales y solicitando la orden de aprensión correspondiente, genera precisamente que se active el derecho del denunciado a defenderse, entonces, ¿dónde está la violación a su presunción de inocencia? ¿acaso el ex senador no conoce que puede interponer varios instrumentos jurídicos a su favor e impedir su aprehensión? ¿Si es que es inocente claro?
Mas bien pareciera que efectivamente, al ser clase política, pretende ser juzgado con reglas especiales, en una jurisdicción distinta y en los tiempos que el decida, la pregunta es ¿por qué? Si todos los ciudadanos somos iguales en este país, porque tanto revuelo y desgarre de vestiduras por parte de la clase política nacional por la solicitud del fiscal de delitos electorales?
Me despido señalando que es importante que como ciudadanos no nos dejemos llevar por las opiniones direccionadas de los medios de comunicación, ya que ellos juzgan y linchan mediáticamente sin un análisis serio, la actitud del fiscal es un acto valiente, que debe ser un parteaguas en la justicia electoral mexicana, en este contexto, en hora buena fiscal.
MTRO. HUGO ERNESTO CASAS REYES
ESPECIALISTA EN JUSTICIA ELECTORAL