¡VIVAS LAS QUEREMOS!

Sí, vivas y dignas las queremos. Valientes y atrevidas, dulces y llenas de ternura. Mujeres las queremos.

AMLO, Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, se atrinchera en Palacio Nacional ante el avance del feminismo en esta sociedad patriarcal donde el machismo se aprecia en cada acto de gobierno.

El gobierno de la capital del país, nuestro país, y el gobierno federal dicen tener miedo de la violencia y tienen razón, pero no tienen miedo de la violencia física y/o verbal de las mujeres, tienen pavor a la violencia política y la razón que asiste al movimiento transformador del feminismo porque terminará con los privilegios que el patriarcado a detentado por siglos.

A los políticos, que presumen de ser muy machos, se les olvida que nacieron y viven gracias al amor y los cuidados de una o de muchas mujeres, mujeres que realizan doble o triple jornada laboral sin que le sean reconocidas y menos remuneradas.

Convenientemente fingen demencia y no reconocen que vivimos en un mundo en guerra y que en esta guerra, tan visible en los últimos años en México, son las mujeres las que enfrentan la peor parte y que es un rol asignado por los señores de la guerra, es decir, nada sucede al azar en la guerra contra las mujeres.

Esta guerra que nos viene desde muy lejos la conocimos de manera descarnada en 1996 en Oaxaca cuando las mujeres Loxicha enfrentaron toda la fuerza del estado con el entonces presidente Ernesto Zedillo y siendo gobernador Diódoro Carrasco Altamirano.

Fueron las madres, las abuelas, las esposas, las hermanas, las hijas, las compañeras y todo tipo de parientes y amigas quienes buscaron, exigieron justicia, libertad y alto a la represión contra los indígenas zapotecos, habitantes de la Región de los Loxicha e hicieron visible la guerra que se extiende hasta hoy.

Primero fueron las mujeres de San Salvador Atenco en el Estado de México contra Enrique Peña Nieto y luego las mujeres de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, APPO, contra Ulises Ruiz Ortiz quienes enfrentaron la cerrazón de un gobierno federal retrógrado emanado del Partido Acción Nacional que se sumó a la represión generalizada en el año 2006.

Con Fox en el 2006 era la continuidad de la guerra que azota al pueblo de México y que se ceba contra las mujeres utilizando al Ejército, policías, paramilitares y todo tipo de miembros del crimen organizado para la trata de personas y el tráfico de todo aquello que satisfaga las demandas de un sistema capitalista sin entrañas.

Alejandro Murat en Oaxaca es parte de ese juego perverso que atenta contra las mujeres y la población en general. No es casualidad la incompetencia y la impunidad que garantizó el recién renunciado fiscal del Estado, Rubén Vasconcelos Méndez.

La renuncia de su fabuloso fiscal es una maniobra de Alejandro Murat para ganar tiempo y terminar sin mayores sobresaltos su nefasto sexenio de muerte y dolor.

Contra viento y marea la lucha feminista va, ya lo han repetido y gritado hasta el cansancio: el cambio verdadero en las oprobiosas estructuras de poder, en las condiciones materiales en que se desarrolla nuestra sociedad será feminista o no será.

Para educar se necesita de toda la tribu y en nuestra pequeña aldea global es el movimiento feminista quien educa y da ejemplo de inteligencia y trabajo para enfrentar al patriarcado. Por eso:

¡Vivas las queremos!

Desde un rincón del exilio,

Juan Sosa Maldonado

Defensor de Derechos Humanos

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