El 04 de julio de 1776 fue firmada la Declaración de Independencia de las 13 colonias norteamericanas de Inglaterra. Es esta fecha para el pueblo norteamericano un día de fiesta nacional y comenzaba hasta nuestros días su gran expansión territorial, política y económica.
Expansión territorialque ha convertido a los Estados Unidos de Norteamérica en la primera potencia mundial engullía en 1848, mediante un robo descarado, más de la mitad del territorio de lo que hoy conocemos como Estados Unidos Mexicanos, República Mexicana, nuestra patria.
República que soportó posteriormente una invasión francesa y vivió la más larga dictadura, la dictadura del general Porfirio Díaz. Dictadura que fue arrojada del poder por la Revolución Mexicana y obligó al viejo dictador a abandonar el país rumbo a París, Francia, en 1911.
El 02 de julio de 1915 moría el ex dictador que tanto dolor y muerte había causado a los indígenas mexicanos, al pueblo yaqui en particular y al pueblo mexicano en general. La Revolución Mexicana no exterminó el ánimo dictatorial y embozadas dictaduras militares nos acosan.
El viejo, casi centenario Partido Revolucionario Institucional ha cobijado y prohijado toda clase de crímenes y criminales. Expulsado por la voluntad popular de la presidencia de la República en el año 2000, evidencia y fortalece las pugnas entre clase política y cárteles de la droga.
La esperada transición en el poder, lejos de resolver las viejas demandas del pueblo, evidenció la incapacidad de la rancia derecha mexicana para gobernar una nación hambrienta y sedienta de justicia y libertad, imposibles de lograr para el pueblo dos décadas después.
La “Guerra Contra el Narco” de Felipe Calderón Hinojosa evidenció la participación y las complicidades de las llamadas fuerzas armadas en los cárteles de la droga y posibilitó la diversificación de los negocios que trafican con la vida y la libertad por ese crimen organizado.
El retorno del Partido Revolucionario Institucional con el genocida Enrique Peña Nieto a la presidencia de la República en 2012 reconfirmó la falsedad de la partidocracia y agudizó la vieja contrainsurgencia social contra el pueblo, movimiento magisterial, obrero, estudiantil y popular.
El morenismo celebra en estos días el triunfo en las elecciones en 2018 y su arribo al poder. No tenemos nada que festejar, solamente es un modo personal de liderar el poder, repetir viejas prácticas del presidencialismo; nuevo partido, antiguos vicios y personeros con poder.
Existe represión cuando líderes sociales, defensoras y defensores de Derechos Humanos, tierra y territorio son asesinados todos los días, los feminicidios se incrementan, el crimen organizado aumenta su nivel de operatividad y los viejos represores siguen impunes.
Es necesario defender y recuperar el movimiento magisterial y popular de las garras del oportunismo y neo charrismo sindical, salir a las calles a reivindicar una vida digna, mejor educación y condiciones de salud para toda la población frente a los viejos enemigos del pueblo.
No, las viejas generaciones ya no cambian, desde hace mucho evidenciaron sus vicios, defectos e incapacidades. Nosotros tampoco cambiamos, hay signos que nos acompañan desde el principio de nuestro tiempo. Una cosa es segura: jamás nos traicionaremos.
¡Justicia, educación y libertad, ya!
¡Alto a la impunidad!
Desde un rincón del exilio,
Juan Sosa Maldonado
Defensor de Derechos Humanos