115 días de crisis en salud, economía, justicia y seguridad a “causa” del COVID-19

Julisa Sánchez

Desde el pasado 28 de febrero del 2020, México ingresó a un escenario desconocido y mortal provocado por la pandemia del COVID-19, registrando su primer caso. Inmediatamente la emergencia sanitaria se extendió a todo el País, registrando en Oaxaca su primer contagio el 24 mayo en la comunidad de Ixtlán de Juárez, es decir, aproximadamente tres meses de que el mortal virus ingresara a México.

Los tiempos para iniciar las medidas de seguridad para atacar la pandemia se adelantaron desde el 31 de mayo, el confinamiento inmediato ordenado por las autoridades estatales y municipales provocó un golpe duro a la economía local por la falta de estrategia, asimismo, la seguridad y la justicia han abandonado a la ciudadanía.

Hoy Oaxaca registra 7 mil contagios y más de 700 muertos a causa del coronavirus, sumándose la falta de estrategia para reactivar la economía en el estado con menor desarrollo del País.

Sector económico abandonado

Se anunció la cuarentena con el proyecto “quédate en casa” para evitar según la propagación del virus, sin embargo, la estrategia ha fracasado por el alto indicie de contagio y que en estadística nacional, la entidad bajo el disfraz del semáforo naranja continúa en rojo.

Lo mismo se refleja en la economía estatal, el respaldo a los empresarios y ciudadanos para evitar que los más de 115 días de paralizar las actividades los hundieran en una severa crisis financiera, donde los cobros de impuestos, servicios, rentas y pago de nómina y seguro social continuaban su curso al 100 por ciento, por lo que no tardó que el desempleo y cierre de empresas de forma permanente se siguiera registrando, sin datos exactos oficiales hasta el momento y sin proyecto que garantice una reactivación económica real.

Mientras tanto, el comercio informal, el que no paga impuesto y todas las ordenanzas de ley para la apertura de un negocio, se han apoderado nuevamente de la ciudad capital, pegando fuertemente al sector restaurantero, especialmente.

Sin derecho a la salud

Tanto la Carta Magna como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el derecho a la protección de la salud es fundamental, el cual, además deberá ser velado y facilitado el acceso por los principales funcionarios y legisladores, quienes tienen la responsabilidad social de hacerlo o de lo contrario que el pueblo se lo demande.

En tiempos de pandemia mundial, ni los funcionarios desde casa, ni los legisladores locales y federales han sabido pronunciarse para cambiar la situación sanitaria de Oaxaca, donde la atención simplemente se niega por la falta de recursos con la que operan los principales nosocomios públicos, un tema que parece a nadie importarle, enfocándose en puntos de sesión como quitar placas del recinto o el anunciar la Guelaguetza en línea, mientras los oaxaqueños agonizan por el virus mundial y por la crisis económica, a pesar de las constantes deudas millonarias que se han aprobado por la actual legislatura para el ejecutivo.

Además, en los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) tampoco se puso especial atención a los intensos y añejos llamados del personal, ante la falta de insumos, equipo, recursos humanos y financieros, así como áreas aptas para desfogar la sobrepoblación de los hospitales de atención pública, que tanta falta hace en la capital y Regiones del Estado, donde los millonarios presupuestos nunca reflejan en estas necesidades primordiales.

De esta forma, el sector salud ha alertado a la ciudadanía sobre el brote de dengue y de los futuros casos de influenza, que complicaran aún más la atención de los pacientes, el llamado de alerta se ha replicado a las autoridades.

Inseguridad e injusticia

Aún en medio de la pandemia, la delincuencia no descansa, diario se siguen reportando robos con violencia, asalto a negocios, atracos de automóviles, así como feminicidios, secuestros y múltiples ejecuciones con armas de grueso calibre, donde las carpetas de investigación exhaustiva se inician pero no concluyen, no hay una procuración de justicia ni un marco de ley que se aplique a los responsables, donde la impunidad y omisión se ha vuelto la principal aliada de estas oficinas que en nada prosperan ni garantizan la seguridad y justicia de los oaxaqueños.

La demanda de seguridad y justicia crece en una sociedad que solo observa la brecha más grande a la impunidad.

Sin datos precisos

Hasta el momento y sin datos precisos del tope de la pandemia, ni fecha de la vacuna para el coronavirus, el semáforo ha cambiado a naranja (alto riesgo de contagio) donde la ciudadanía ya salió a las calles, los negocios comienzan estrategias para la apertura de sus puertas y a pesar de que el riesgo de contagio va a la alza, las estrategias gubernamentales no prosperan.

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