Said Hernández / Tucán
Oaxaca, 14 de junio de 2025.- Hoy se cumplen 19 años del emblemático 14 de junio de 2006, día en que un desalojo del gobierno de Ulises Ernesto Ruiz Ortiz contra maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) detonó un conflicto magisterial y social que sacudió los cimientos de Oaxaca. Aquel intento de desalojo, documentado como fallido, enfrentó a más de 70 mil docentes contra policías estatales, con helicópteros, gases lacrimógenos, piedras, fuego y barricadas en el zócalo de la capital.
El movimiento creció y se articuló bajo la bandera de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Enfrentamientos sangrientos marcaron fechas como el 27 y 29 de octubre, 2 y 25 de noviembre de 2006, con la quema de edificios públicos (Tribunal Superior de Justicia, Juzgados Federales, oficinas de Relaciones Exteriores) y un lamentable saldo de decenas de muertos y cientos de heridos, además de daños al patrimonio cultural.
Se han documentado al menos 26 víctimas mortales en el periodo 2006-2007, según la Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos en su quinta visita finalizada el 20 de enero del 2007, dentro de ellas, Lorenzo San Pablo Cervantes, asesinado el 22 de agosto del 2006 por las “Caravanas de la Muerte” en la colonia Reforma, Bradley Roland Will, periodista norteamericano ejecutado el 27 de octubre en un enfrentamiento en la Colonia Calicanto de Santa Lucía del Camino, José Jiménez Colmenares, asesinado durante una marcha sobre División Oriente del Centro de Oaxaca el 10 de agosto, José Alberto López Bernal, asesinado de un disparo directo de gas lacrimógeno en el enfrentamiento del Tecnológico contra la policía federal entre otros.
Además, diversos testimonios señalan torturas sistemáticas entre detenidos, como el caso de César Mateos, víctima de descargas eléctricas y golpes, Marcelino Coache, que sufrió un disparo en la cabeza por elementos federales, la persecución y amenazas de muerte contra de la Profesora Carmen López, voz y líder del magisterio, Juan Sosa Maldonado, exiliado tras un atentado en su contra, estas graves violaciones a los derechos humanos aún permanecen impunes.
Por ello, en el año 2013 se creó una “Comisión de la Verdad” con un presupuesto de más de 20 millones de pesos, dirigida por figuras como Alejandro Solalinde. Aunque su informe vinculó directamente a Ulises Ruiz, no generó consecuencias legales ni reparaciones a las víctimas.
• Oaxaca hoy: un Estado con sus heridas sin cerrar.
A 19 años, Oaxaca sigue rezagado en índices de desarrollo educativo, salud, seguridad, deporte y economía, pese a los discursos de progreso de cada administración. El movimiento magisterial-popular permanece activo, liderado por la Sección 22, que sigue exigiendo mejoras sustanciales; sin embargo, múltiples voces denuncian la corrupción y el uso político de la lucha en beneficio de líderes y oportunistas que hoy ocupan cargos públicos y de elección popular a nivel municipal, estatal y federal sin generar resultados reales para la población.
• Mirando hacia adelante: el futuro de Oaxaca.
A pesar del dolor, Oaxaca es una tierra resiliente. Su tejido social, basado en comunidades y expresiones culturales ancestrales, sigue siendo el soporte de la esperanza. Para que la justicia deje de ser una palabra vacía, en ese sentido, coinciden diversos sectores como: periodistas, artistas, estudiantes, políticos, médicos, trabajadores, etc., en que es indispensable, culminar los procesos legales iniciados desde 2006, con transparencia, acceso a la verdad y reparación integral a las víctimas. Además de fortalecer el sistema educativo con recursos, formación y respaldo real a docentes comprometidos con el futuro de niñas y niños oaxaqueños.
El Promover liderazgos genuinos, que no utilicen la lucha social como trampolín político, sino como plataforma para el bienestar colectivo e invertir en desarrollo sostenible, mejorando la salud, la infraestructura, y generando oportunidades que palíen la pobreza y marginación que aún golpean a muchas comunidades en las 8 Regiones.
Dichos sectores advierten que Oaxaca merece más que discursos: necesita acciones concretas, liderazgos honestos y mirada de largo plazo que honre la memoria del 14 de junio, no solo como una jornada de represión, sino como punto de inflexión hacia un futuro próspero y justo.
En este aniversario, las expresiones salen a las calles con protagonismos, protestas y marchas sin objetivo de renovar el compromiso de recordar, exigir y construir un Oaxaca donde la justicia llegue y las próximas generaciones puedan florecer sin temores.
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