Julisa Sánchez / Tucán
La reciente colocación de señaléticas en el Cerro del Crestón, uno de los pulmones naturales más importantes de la capital oaxaqueña, ha despertado la preocupación de ambientalistas, vecinos y colectivos, quienes advierten un grave daño al sistema ecológico de la zona ante el avance de proyectos urbanísticos y la falta de protección efectiva.
Las señalizaciones, que en un inicio podrían parecer medidas de ordenamiento, han sido interpretadas como una antesala a la privatización o fragmentación del área natural, ya que coinciden con el interés de desarrolladores inmobiliarios por expandir construcciones en las faldas del cerro.
“No se trata solo de poner letreros, se está generando una ruta de acceso a la urbanización y destrucción del ecosistema”, alertan protectores del Crestón.
El Cerro del Crestón es hábitat de diversas especies endémicas y un regulador natural de la temperatura y el aire en la ciudad. Los ambientalistas insisten en que no existe un plan de manejo actualizado ni políticas públicas que garanticen su conservación integral.
Además, advierten que la falta de vigilancia, la acumulación de basura y ahora la urbanización, representan una amenaza directa para la biodiversidad y los mantos acuíferos de la región.
Pese a múltiples llamados a las autoridades municipales y estatales para detener cualquier tipo de intervención sin consulta ni estudios ambientales, el silencio oficial predomina.
La ciudadanía organizada pide que el Cerro del Crestón sea declarado zona de protección ecológica estatal, y que se sancione a quienes atenten contra el equilibrio ambiental de este espacio vital para Oaxaca.