Desde muy temprana hora, habitantes de la Ciudad de Oaxaca, colonias, pueblos, incluyendo a los Distritos del interior del Estado, sufren a diario la contaminación ambiental incontrolable.
Empezando con los escandalosos bocinazos de los comparadores de “fierro viejo”; colchones, estufas, refrigeradores, lavadoras, monedas antiguas; sin respetar el descanso de los pobladores, la hora de clases en las escuelas, la liturgia en las Iglesias, horarios de trabajo de oficinas públicas y privadas. El dolor de los enfermos en hospitales, clínicas y domicilios. Y, haciendo eco a éste escándalo, se unen los carros repartidores de gas, arrastrando sus cadenas, los vendedores ambulantes de frutas y legumbres, los “tradicionales” plataneros. Los claxon’s de los camiones de transporte colectivo, perjudicando además a los pasajeros con su estridente música de corridos norteños, que lo mismo hacen los taxistas. Sin dejar a un lado el escándalo que provocan los escapes de las miles de motocicletas en diferentes vías de circulación.
Agregándose a éste peregrinaje, los promotores de espectáculos, así mismo, los vendedores de “productos milagrosos” en los mercados, y de discos piratas.
Así también, otro contaminante que invade la ciudad y el interior del Estado, son los espectaculares que promocionan diferentes productos, partidos políticos. Pero ahora se han puesto de moda las pantallas gigantes que afectan la vista por su luminosidad y son factores distractores de los conductores de vehículos que en ocasiones causan accidentes viales.
No puede dejarse a un lado, la proliferación de botellas vacías de plástico, bolsas, vasos, incluyendo envolturas de frituras y productos chatarras, los cuales también son arrojados en las vías de comunicación, ríos, campos de cultivo y hasta en predios baldíos.
La ciudadanía no se libra del smog de carros y automóviles, que afecta el sistema respiratorio y ahuma las paredes de casas y edificios. Olores nauseabundos que salen de alcantarillas mal construidas, drenajes atascados de basura.
La inconciencia de la gente al desechar basura y aguas contaminadas a los ríos y arroyos.
Ante ésta problemática social es necesario que las autoridades competentes, profesores, sector salud, Ong`s, luchadores sociales, padres de familia, sacerdotes, mercaderes, etc., iniciemos una labor titánica para brindarle un mundo mejor a las presentes y futuras generaciones.