Miradas de reportero
Por Rogelio Hernández López
Tienen razón los empresarios de la prensa y los periodistas en preocuparse. A la mayoría les afectará el recorte al presupuesto federal para el próximo año. Para este sector las reducciones de ingresos serán demasiado sensibles.
El escenario que se perfila es casi inevitable. Es posible estimar la reducción drástica de al menos 13 por ciento de las partidas federales para 2017 en los rubros servicios de comunicación social y de información en medios masivos, respecto del total que se ejerza al finalizar 2016. Eso es, casi 650 millones de pesos menos.
Tal escenario se perfila peor debido a que, por efecto colisión, el recorte federal impactará varias áreas de los presupuestos estatales y municipales, que también deberán bajar en estos gastos una cantidad similar, para compensar las disminuciones que sufrirán de las partidas federales
Nuestra “industria”
Aunque no sea propiamente una industria, las actividades de comunicación, información y prensa en todo el país si conforman un sector cuyos valores de inversión, de personal ocupado, de ingresos y utilidades muy pocos conocen con exactitud. El dato más difundido, por ejemplo es que la inversión privada y pública en publicidad representó en 2013 y 2014 la cantidad promedio de 70 mil millones de pesos.
Esos montos aumentaron en 2015 al menos 3 por ciento (72 mil) y en 2016 aumentarían a 75 mil millones de pesos por lo menos, de acuerdo con estimaciones de empresas de estudios publicitarios.
La actividad de la comunicación en México, nadie lo duda, más que por su aportación económica al PIB, resulta estratégica en muchos sentidos.
En el sector público lo saben y por eso el gasto de los gobiernos de todos los niveles (federal, estatal y municipal) en 2013, fue de aproximadamente 19.11 por ciento del total de lo invertido en ese año, unos 13 mil 770 millones de pesos.
Tal proporción, de alrededor del 20 por ciento del total sería suficiente para hacer intervenciones reguladoras en ese mercado, si quisiesen. Pero es un mercado muy libre. Sobre este gasto son conocidos los trabajos de Fundar Centro de Análisis e Investigación y Artículo 19 (Fundar; Article 19, 2014).
Pero, bajó el gasto público
En los primeros dos años del gobierno federal de Enrique Peña Nieto, de acuerdo con esas fuentes, su gasto en este rubro se fue incrementando aceleradamente, pero se frenó en 2015, según la Secretaría de la Función Pública (SFP).
En su primer año, 2013, fueron unos 6 mil 691 millones de pesos el gasto público federal, 2 mil 496 millones más de lo presupuestado
En 2014 fueron 7 mil 119 millones (casi 500 millones más respecto del año anterior). Subía y subía.
Pero, los reportes consolidados de la SFP indican que ese gasto del gobierno federal en 2015 bajó unos 400 millones en relación con el año anterior, para un gasto total de 6 mil 700 millones.
En 2016, la estimación preliminar de la misma dependencia es que el gasto total bajará otros 1, 759 millones para un total final de año de 4 mil 940 millones aproximadamente, la razón principal serán los dos recortes que ha tenido el presupuesto federal en 2016. Falta el informe final consolidado que la SFP emitirá en el primer trimestre del año entrante.
Y las reducciones que podrían esperarse, por lo severo del recorte presupuestal en 2017, serían de una proporción similar al año anterior, es decir 13 por ciento menos, para quedar en 4 mil 293 millones aproximadamente; esto es, 648 millones menos que en 2016 que ya había bajado abruptamente. Eso es una parte del escenario y no es poco.
Efecto Colisión
Es de dominio público que buena parte de las empresas de prensa, y muchas de la publicidad, tienen una dependencia alta de la inversión pública de todos los niveles de gobierno. En esos otros niveles también disminuirá la inversión pública. Es el mismo escenario.
El ejercicio de los Estados en este rubro significó 7.46 por ciento del total del mercado en 2014 y el de los municipios 2.36 por ciento, de acuerdo con estimación propia derivada de los estudios de Fundar y Artículo 19 para 2013.
En ambos niveles de gobierno se erogaron unos 7 mil 100 millones de pesos en 2014, pero también se han registrado reducciones paulatinas de esa participación, casi al ritmo de las registradas en el gobierno federal.
Así que, en 2017 el escenario brumoso se completa al ponderar las reducciones paulatinas en este rubro de los tres niveles de gobierno, con los vaivenes de la valor del peso frente al dólar y por el incremento de necesidades de gasto social, pagos de deuda y de operación de los gobiernos estatales.
Todo eso permite inferir que los totales de esos gastos no federales disminuirán a 3 mil 600 millones en los estados y 1800 en los municipios para un total no federal de 5 mil 400 millones en 2017.
Primera conclusión de este escenario es que la prensa será arrastrada hacia abajo, por los recortes drásticos al gasto público.
Y será muy difícil impedirlo porque este gasto no está normado ni se transparenta. Impera en su ejercicio la arbitrariedad. Todo eso facilita el recorte o los incrementos sin criterios, ni justeza.
Difícil escenario el que se perfila para los medios de comunicación en general y para el sector de los de prensa en particular, que previsiblemente intensificarán las tendencias autonomistas que se han visto en los años recientes. Las empresas de medios necesitan competir en el mercado y ya lo hacen alejándose de El Principe y acercándose a la iniciativa privada.
Esto dibuja algo peor. De cumplirse estas inferencias, el efecto carambola seguirá siendo reversible, tanto para el Ejecutivo Federal –que ha disminuido en aceptación social a niveles no visto en la historia contemporánea– como para los gobierno locales –que en muchos casos han caído al mismo rango de castigo social–. Y entonces, el escenario para los políticos, pinta más negro. Mirada de reportero.