David Ortiz.
Luego de que la tormenta tropical “Nadine” afectara la Península de Yucatán, con trayectoria hacia las costas oaxaqueñas, actualmente ya degradado el fenómeno climatológico, dejó a su paso derrumbes, deslaves, inundaciones, desbordes de ríos, cortes de luz eléctrica, daños a viviendas y caminos que comunican a las Regiones de la Sierra, la Costa, la Cuenca del Papaloapan y el Istmo de Tehuantepec.
Daños que hasta el momento no han sido atendidos por las autoridades estatales, por lo que los afectados claman ayuda de los empleados de la primavera oaxaqueña, comandada por el Ingeniero Salomón Jara Cruz, Gobernador del Estado de Oaxaca.
En tanto, las escasas estrategias y falta de protocolos ante tales emergencias en temporada de huracanes y ciclones, no se implementan en zonas de riesgo, tal es el caso del reciente huracán John, que hace un mes devastó las mismas comunidades que hoy solicitan ayuda.
Los apoyos para los damnificados oaxaqueños que han perdido su patrimonio, continúan sin llegar, dejándolos en la indefensión total, realidad que no refleja en los discursos desde Palacio de Gobierno.
A dos años de la administración de Jara Cruz, Oaxaca continúa con una crisis en servicios públicos, obra, salud, seguridad, justicia, economía, educación y atención a las comunidades en sus necesidades más básicas, colocando al Estado sureste como un referente de pobreza y pobreza extrema a nivel internacional.