• A un año de la administración de Raymundo Chagoya, la delincuencia avanza sin freno
David Ortiz / Tucán
El Centro Histórico de Oaxaca de Juárez, antes escaparate turístico y orgullo capitalino, se ha convertido en un punto recurrente de robos y actos delictivos. Bajo la administración municipal de Raymundo Chagoya, que está por cumplir su primer año, la inseguridad sigue en aumento mientras los robos se cometen en total impunidad.
El hecho más reciente ocurrió en pleno corazón de la ciudad: en las calles Trujano y J. P. García, apenas a dos cuadras del Palacio de Gobierno. Un camión de turismo, con visitantes que llegaron para disfrutar de las fiestas de Todos Santos, fue atacado por delincuentes. Los cristales del vehículo fueron destruidos y se sustrajeron pertenencias de los pasajeros y de la unidad, quienes quedaron en shock ante el nivel de inseguridad en una zona supuestamente vigilada.
No es un caso aislado. En ese mismo perímetro, hace unos meses fueron robados los instrumentos de la porra de un equipo de béisbol, sin que hasta ahora exista información clara sobre responsables detenidos o avances en la investigación.
Otro acto de la delincuencia se registró el día de ayer sobre la calle de Crespo, dónde sujetos armados despojaron de sus pertenencias a un motociclista.
Mientras el turismo crece, también lo hace el número de denuncias por robos a vehículos, transeúntes y comercios. La percepción ciudadana es clara: el Centro Histórico dejó de ser un espacio seguro.
Oaxaca vive sus fiestas más emblemáticas, pero lo hace con una sombra encima: la delincuencia gana terreno y la autoridad municipal sigue sin ofrecer resultados visibles.


                    
                    
                    





