Mujeres indígenas de esa zona acceden a más posiciones de autoridad
Rompieron barreras de discriminación y lograron reconocimiento
La académica Sylvia Marcos dio a conocer que la participación política de las mujeres neozapatistas ha permitido que disminuya la violencia hacia las mujeres en un periodo relativamente corto de tiempo en la zona de influencia de ese movimiento disidente.
Al intervenir como ponente del Diplomado Internacional de Estudios de las Mujeres, Feminismos y Descolonización, explicó que las mujeres, al trabajar al lado y a la par de los hombres, han impulsado el avance en la visión del valor y el rol de ellas mismas en las comunidades, gracias a su participación en conjunto y de consenso con sus compañeros en diversas actividades y procesos.
Durante la conferencia “Participación política de las mujeres, la experiencia zapatista”, dentro del diplomado que apoya la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, Sylvia Marcos puntualizó la importancia de comprender el proceso de lucha de las mujeres dentro del movimiento neozapatista, pues con él han accedido a posiciones de poder y de toma de decisiones, rompiendo barreras que las mantenían bajo discriminación.
La investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México rememoró que las mujeres, al iniciar el neozapatismo, estaban en condiciones de franca desventaja, pues eran víctimas de un proceso social de triple discriminación, por ser mujeres, indígenas y pobres.
Esto, abundó, las colocaba en una posición de vulnerabilidad que permitía un ejercicio de violencia muy fuerte contra ellas, pero con el tiempo supieron abrirse su propio camino dentro del neozapatismo y liberarse usando sus propias características.
Subrayó el papel de las mujeres dentro del neozapatismo, que representa un movimiento histórico importante en México y en cuyo interior hay un reconocimiento significativo sobre el papel de ellas como compañeras de lucha.
Sylvia Marcos destacó que en este proceso los neozapatistas adoptan una perspectiva propia, construida con respeto a la cultura y cosmovisión de los pueblos originarios, según plasmó con claridad una de sus integrantes, la comandanta Hortensia, al decir: “Somos iguales, porque somos diferentes”.
Esto explica por qué la participación política de las mujeres neozapatistas va en aumento, al acrecentar su autonomía, sin las restricciones que usualmente son impuestas a las mujeres para ejercer puestos de autoridad, pues cuando acceden a un cargo dentro de la organización de las comunidades, tienen toda la representación que les brinda la asamblea comunitaria, resaltó la ponente.
Consideró notable el cambio en la mentalidad de las nuevas generaciones de mujeres dentro del neozapatismo, porque son conscientes de todos sus derechos y se mantienen en posición de igualdad frente a los hombres.
Al concluir, señaló que en forma parecida las generaciones de mujeres jóvenes se reconocen como iguales a los hombres en estas comunidades, y pueden sostener que la violencia hacia ellas no es algo “natural” debido a que los varones ya no se conciben como dueños de las mujeres.
Sylvia Marcos tiene el post-doctorado en Psicología y Sociología de las Religiones por la Universidad de Harvard. Autora de varios libros en el área de género, religiones mesoamericanas y sobre derechos humanos y globalización, una de sus obras más reconocidas es Dialogo y Diferencia: retos feministas a la globalización, escrita en inglés y traducida al español por la Universidad nacional Autónoma de México.
El Diplomado Internacional de Estudios de las Mujeres, Feminismo y Descolonización es una actividad académica que busca involucrar a las mujeres y en especial a las indígenas oaxaqueñas en los actuales debates sobre género, feminismo y descolonización, mediante el intercambio de experiencias con 24 especialistas de Argentina, Bolivia, Ecuador, España, Estados Unidos, Inglaterra, México y Uruguay, junto con expertas locales.
La actividad se realiza con el esfuerzo conjunto de la asociación Luna del Sur, la Defensoría del Pueblo de Oaxaca; la Coordinación para la Atención de los Derechos Humanos del Poder Ejecutivo del Estado, la Procuraduría General de Justicia, así como de las asociaciones civiles Centro de Derechos Humanos “Bartolomé Carrasco Briseño”, Centro de Derechos Humanos “Gobixha” y Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción.