Julisa Sánchez / Tucán
Oaxaca de Juárez, Oax., 5 de junio de 2025. La jornada electoral del pasado 1 de junio en Oaxaca, destinada a renovar magistrados, ministros y jueces, ha encendido las alarmas entre sectores ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil, luego de que los candidatos promovidos desde el llamado “acordeón oficial”, vinculados al poder político en turno, resultaron ganadores sin hacer campaña y con una amplia mayoría en votos.
Los ahora electos, algunos señalados por presuntos actos de corrupción y delitos, tomarán protesta en los próximos días como la nueva cara del Poder Judicial Federal en Oaxaca, lo que diversos observadores consideran un grave riesgo para la impartición de justicia en la entidad. La concentración del poder judicial en manos de perfiles alineados con intereses partidistas y de grupos de poder no solo debilita su independencia, sino que compromete su legitimidad ante la ciudadanía.
Mientras tanto, los candidatos que optaron por hacer campaña apegados a la legalidad, la transparencia y la cercanía con la población, recorriendo las ocho regiones del Estado para presentar sus propuestas de forma directa, se mantienen firmes como acto de agradecimiento hacia quienes, en condiciones adversas, les brindaron su confianza a través del voto.
Para múltiples voces críticas, el proceso electoral judicial de este año representa uno de los fraudes más evidentes en la historia reciente de Oaxaca. Acusan que, mediante presión política, manipulación de la desinformación y aprovechamiento de la extrema pobreza que prevalece en diversas comunidades, los ciudadanos fueron obligados de facto a votar por una imposición diseñada desde las esferas del oficialismo, donde participaron diputados, presidentes, agentes municipales, líderes, sindicatos, etc.
Con ello, denuncian, la justicia ha sido entregada a los intereses del poder, dejando de lado los principios de autonomía, imparcialidad y legalidad que deberían regir al sistema judicial.
“El riesgo de tener un Poder Judicial cooptado por el poder político no solo afecta a quienes litigan o acuden a la justicia, sino a toda la sociedad. La democracia y el Estado de Derecho en Oaxaca están en juego”.
El panorama es incierto, pero para muchos ciudadanos, la lucha por una justicia verdaderamente independiente apenas comienza.
