Oaxaca de Juárez, Oax.- 3 de junio de 2025. Las lluvias recientes en Oaxaca han dejado al descubierto una serie de deficiencias en la planeación y ejecución de obras públicas en diversos puntos de la capital, afectando gravemente el tránsito vehicular y la vida cotidiana de la ciudadanía.
Uno de los casos más notorios es el del parque Primavera, una obra emblema del actual gobierno estatal, que terminó completamente anegado tras las precipitaciones. La pista de tartán, promovida como un espacio deportivo moderno, muestra ya graves signos de deterioro: se despelleja, se parte y se inunda con facilidad, lo que evidencia una falta de materiales adecuados y una nula planeación para su funcionamiento en temporada de lluvias.
A esta situación se suman calles recientemente pavimentadas, como la vía alterna que atraviesa zonas comerciales de la ciudad, donde también el agua se ha acumulado sin control. En el Centro Histórico, las calles presentan anegamientos recurrentes debido a la ausencia de mantenimiento y ampliación del sistema de drenaje.
Vecinos de zonas como Pueblo Nuevo, Xoxocotlán, Santa Lucía del Camino, Santa Rosa, el Periférico, debajo de los puentes vehiculares de la capital, Columpio de Ixcotel, Centro Histórico, Central de Abasto, etc., reportan que cada temporada de lluvias viven la misma problemática: calles intransitables, transporte público detenido y negocios afectados por la falta de drenaje eficaz. Estas zonas se han convertido en puntos críticos año con año sin que se implementen soluciones reales.
Organizaciones civiles y ciudadanos han expresado su inconformidad en redes sociales y medios locales, exigiendo al gobierno estatal que encabeza Salomón Jara Cruz una revisión y corrección inmediata de las obras mal ejecutadas. Denuncian que el llamado “renacimiento” de la primavera oaxaqueña prometido por esta administración se ha visto opacado por la mala calidad de la infraestructura pública.
El gobierno estatal aún no ha emitido una postura oficial sobre las afectaciones ni ha anunciado medidas para atender los daños o prevenir futuras inundaciones.
Mientras tanto, la ciudadanía continúa lidiando con los estragos de una temporada de lluvias que, lejos de ser un fenómeno extraordinario, era perfectamente previsible.
