El viernes 29 de abril de 2016, con motivo del 25 aniversario de la fundación del grupo La Palma de Amnistía Internacional en la isla de Santa Cruz de La Palma, se llevó a cabo la mesa redonda denominada “Violaciones de los Derechos Humanos en México”. Todavía no gobernaba AMLO.
Esto fue posible gracias a la incansable labor de activistas, compañeros y compañeras defensoras de Derechos Humanos como Montserrat Román y Juani Pérez Sánchez, quienes, a pesar de las inclemencias de los fenómenos naturales como la actual erupción volcánica, hacen su trabajo.
Conmigo además participaron en dicha mesa redonda el periodista Joan Marcet y la abogada y defensora de Derechos Humanos mexicana Gabriela Carreón Lee; tuvimos como moderador a Pedro Montesinos y el cierre musical estuvo a cargo de Juan Carlos Pérez Brito y Ayatima Pérez.
Estar en las Islas Canarias es sentirse cerca de América, en un ambiente cálido y acogedor con aromas y sabores que recuerdan nuestra tierra y donde hasta los nombres de flores y frutos se llaman como en México o Cuba. Este escenario resulta propicio para recordar nuestra tragedia.
Esa tragedia mexicana que en ese año 2016 ya se había cobrado la vida de seis jóvenes y la desaparición forzada de los 43 estudiantes en Ayotzinapa, Guerrero. Hablábamos de ese pasado reciente y doloroso para madres, padres, hermanos, parientes y amigos de los estudiantes.
De la vieja historia de represión y muerte de la dictadura del partido único en el poder, el casi centenario Partido Revolucionario Institucional y el desencanto y frustración de lo que se esperaba fuese una verdadera transición con el Partido Acción Nacional. Era pedir mucho a la ultraderecha.
Ese relevo partidista en el poder en el año 2000 con Vicente Fox solamente había servido para el reacomodo y enfrentamiento de las grandes bandas de narcos, por un lado las que habían quedado huérfanas de poder presidencial y por el otro las que habían apoyado el relevo dictatorial panista.
Mientras en Oaxaca se desarrollaba la rebelión de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en el 2006 contra el tirano Ulises Ruiz Ortiz, a nivel nacional se consumó un nuevo fraude electoral para encumbrar en el poder a Felipe Calderón Hinojosa del Partido Acción Nacional.
Ante el repudio generalizado se apoyó en los militares para mantenerse en el poder y dijo enfrentar a los narcos con su “Guerra contra el narcotráfico” que sembró de cadáveres el territorio nacional y cuyas desastrosas consecuencias enfrenta la población en general aún con López Obrador.
Desde hace décadas el crimen organizado se ha incrustado en los más altos cargos de los tres poderes de la República, los militares, todo tipo de policías, la iglesia católica y los empresarios. Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública es procesado por narcotráfico en EE UU.
Los generales del Ejército Mexicano no han escapado a la corrupción del narcotráfico, desde el primer zar antidrogas mexicano, Jesús Gutiérrez Rebollo hasta el presunto narcotraficante rescatado por López Obrador de una Corte en Estados Unidos, el General Salvador Cienfuegos Zepeda.
Esas son las corruptas instituciones que encabeza Andrés Manuel López Obrador como Mando Supremo del Ejército y fuerza Aérea Mexicanos que, como se ha probado, han reprimido y siguen reprimiendo al pueblo de México. Apoyándose en el poder presidencial legaliza la militarización.
Amparados en la doctrina de Seguridad Nacional gobernantes de la peor calaña como el ex presidente Ernesto Zedillo y Diódoro Carrasco Altamirano son responsables de terribles masacres contra los indígenas de Oaxaca y de México, aunque se diga que es para bien del pueblo.
Como lo constatan día con día las familias mexicanas, instituciones defensoras de Derechos Humanos y organismos internacionales, la desaparición forzada de personas, las ejecuciones extrajudiciales, la represión y la prisión política son violaciones sistemáticas de Derechos Humanos.
¡Alto a la represión en México, ya!
Desde un rincón del exilio,
Juan Sosa Maldonado
Defensor de Derechos Humanos
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