Julisa Sánchez
El pasado domingo 19 de julio del presente el Gobernador de Oaxaca, Maestro Alejandro Ismael Murat Hinojosa, anunció que este lunes 20 de julio iniciaría el confinamiento voluntario por 10 días, debido a la aceleración de contagios de COVID-19 en las Ocho Regiones del Estado, donde además puntualizó que la acción sanitaria se centrará en el Istmo y la Cuenca del Papaloapan, descartando a Valles Centrales.
Sin embargo, en la ciudad capital se puede observar que parques, bares, puestos ambulantes, gimnasios, tiendas departamentales, restaurantes y centros deportivos, culturales y de esparcimiento como los cines, se encuentran abiertos al público, además de la saturación en el transporte público urbano y colectivo, el alto tránsito vehicular y de personas que se desplazan en las calles.
De acuerdo a los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) hasta el momento se registran 8 mil 704 contagios confirmados y 824 defunciones por COVID-19, con una tasa de letalidad del 20 por ciento, aproximadamente.
Cabe destacar que en el mensaje del mandatario estatal no se abordó el tema de la crisis económica, ni de un plan de rescate a los oaxaqueños que viven al día, muchos en pobreza extrema. Siendo una nueva ocasión en la que el poder ejecutivo omitió la situación, la cual afecta a Oaxaca en el ámbito de empresas locales en bancarrota y más de 20 mil desempleos.
Mientras tanto, los recalamos ciudadanos sobre seguridad, justicia, economía y salud continúan siendo ignorados por los poderes del Estado, incluso con las alarmantes declaraciones del personal médico quienes han señalado que los hospitales públicos se encuentran colapsados, sin insumos ni equipo adecuado para brindar los cuidados especiales que requieren las personas con coronavirus, entre otros padecimientos y atenciones sanitarias públicas.