Metztli Beltrán.
La Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) es conocida como la “Máxima casa de estudios” por su historia académica y su fuerte demanda de miles de estudiantes de nuevo ingreso provenientes de las diferentes regiones del Estado, por ello, es la institución pública educativa que recibe más incentivos económicos estatales y federales, sin embargo, sus instalaciones académicas y deportivas no reciben mantenimiento, reconstrucción o mejoramiento en su imagen para el buen uso de los educandos universitarios.
Tal es el caso de la Unidad Deportiva de Ciudad Universitaria (CU), ubicada en la Agencia de Candiani, extensión de terreno de dos manzanas que alberga áreas para las distintas disciplinas deportivas, las cuales se encuentran desgastadas desde su piso hasta la estructura en general. Las canchas de basquetbol destrozadas en sus aros, sin red y sin pintura, lo mismo en los tres espacios para futbol, al igual que la pista de atletismo, siendo aún terrenos de tierra que al momento de la lluvia se convierte en lodo y al mismo tiempo representan un riesgo para quienes buscan el acondicionamiento físico.
Asimismo las áreas verdes permanecen sin podar con maleza donde se resguarda fauna nociva o es ocupada de basurero, centro botanero y baño al aire libre.
Otro caso es el Estadio de Fútbol Manuel Cabrera Carrasquedo, uno de los principales espacios deportivos no solo de universitarios sino de futbolistas amateurs que cada fin de semana se dan cita, con una cancha espaciosa pero sin un pasto cuidado, con superficies amorfas, desde cúmulos de tierra y hoyos que ya han cobrado más de una herida en los futbolistas que pisan la cancha, además de un espacio que era condicionado como gimnasio ya solo es una bodega de aparatos de entrenamiento que quedaron abandonados en la intemperie entre la hierba que creció sin control y no ha sido cortada.
Sumándose a ello, las gradas en general están despintadas y con partes oxidadas por el paso del tiempo y situaciones climatológicas, incluso ya pocos se atreven a usarlas, mientras que los baños están con sus paredes pintarrajeadas y en lugar de un cerrojo un mecate es el que detiene la puerta, además de que los inodoros no tienen tapadera y si se tiene suerte a veces solo funciona uno de ellos.
Además, su mejor instalación deportiva es ocupada en comodato por el equipo profesional de Béisbol “Los Guerreros”, contrato que no establece beneficios a la comunidad universitaria y del cual no se sabe cuándo finalizará.
Finalmente, otra de las instalaciones que dependen de la UABJO y es abierta al público en general, es el Gimnasio Universitario ubicado en la Calle de Morelos en el Centro Histórico, ahí se puede ver la humedad en sus paredes y techo, donde incluso la falta de atención a la estructura ya ha dejado huella en las goteras que cada vez que llueve hace que se filtre el agua directamente a las gradas de madera, donde con cubetas y tambos de plástico tienen que improvisar los usuarios del lugar para evitar mojarse mientras observan un partido, además que la duela desgastada y rota y cadenas y tubos que enmarcan la cancha ya se encuentran despintados y viejos.
Bajo una consulta a los estudiantes, usuarios y ciudadanos sobre estas áreas deportivas de la UABJO, coincidieron que deberían de recibir el mantenimiento adecuado, donde el recurso que recibe la institución debe verse reflejado en estos espacios por el bien de la comunidad universitaria y público en general que lo ocupa, en lugar de que esté mal enfocado a los múltiples sindicatos o gastos que no tienen el impacto masivo que deberían tener.
En ese sentido los seleccionados de la UABJO para competir a nivel estatal y nacional, tienen que emigrar a instalaciones adecuadas para desarrollar su potencial que les permita obtener un buen lugar en las justas deportivas.
Cabe señalar que estos espacios no cuentan con un proyecto de rescate, a diferencia de otras universidades estatales que cuentan con gimnasios de primera e instalaciones de lujo, a dos años de la presente Rectoría la crítica se desarrolla por la falta de compromiso con la base estudiantil, en donde los problemas administrativos entres sindicatos y autoridades universitarias hunden más a la “Máxima Casa de Estudios”.
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