David Ortíz.
Hace una década, la red de telecomunicaciones había lanzado el servicio público de más de 25 mil casetas telefónicas en parques, calles, escuelas, plazas y oficinas institucionales del país, donde con monedas o tarjetas prepagadas se podía llamar en un específico tiempo a algún otro puerto de comunicación similar, sin embargo, la era digital ha remplazado el uso de estás casetas por el celular y teléfonos inteligentes, haciendo de estos artefactos un obstáculo para el peatón, estructuras obsoletas y en algunas hasta vandalizadas por la delincuencia.
Teléfonos de México y otras telefonías, fueron pioneros en este medio de comunicación hace unos años, hoy no han querido remover sus estructuras del paso peatonal y se han vuelto unos observadores más de la situación, dónde la responsabilidad y decisión tambien recaen en el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Secretaría de Infraestructura de Comunicaciones y Transporte, para absolver los añejos contratos y sus acuerdos comerciales.
Según las propias denuncias de los peatones y ciudadanos, dichos teléfonos obsoletos solo representan un foco de infección, al ser utilizados cómo basurero, baño o para cubrir a los drogadictos mientras ingieren sus dosis, aparte de restar espacio a transeúntes en general y principalmente con alguna discapacidad, ya sea motriz o visual y puedan tropezar con estos módulos.
Otros reportes ciudadanos mencionan que atraen a los delincuentes, quienes fingen estar ocupando el servicio mientras observan a su víctima y posteriormente actúan contra esta o simplemente optan por llevarse todo el aparato telefónico.
En México, la moción y propuesta ya fue llevada a la alta tribuna por parte de la diputada Marcela Guerra y está en espera de ser aprobada o rechazada.
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